La sucursal de la firma Christie’s en Francia, una de las casas de subastas de bienes de lujo más importantes del mundo, ha llevado a término una nueva puja millonaria con piezas que exhibía como precolombinas. México ha perdido otra batalla en una interminable lucha por repatriar los bienes de su patrimonio histórico. El choque entre las dos naciones sobre este tipo de comercio va más allá de lo cultural y atraviesa las fronteras entre la ética y la ley.
Lo que para México es un delito, en Francia es legítimo. El Código de Comercio francés establece que el simple hecho de demostrar la proveniencia lícita del artefacto asegura su legalidad, para el Gobierno mexicano supone el tráfico de bienes culturales que forman parte de sus raíces históricas.
La titular de la Secretaría de Cultura de México, Alejandra Fraustro, destaca en entrevista con EL PAÍS que “la memoria, la identidad y la cultura de una nación no puede ser un artículo de lujo que adorna una casa”. “Puede ser legal, pero no es ético”, sostiene.
El último combate de México ha culminado este miércoles en derrota. Christie’s, ha subastado la colección Arte precolombino y obras maestras taínas, compuesta por 139 piezas prehispánicas provenientes de varios países de Latinoamérica y el Caribe, entre ellas, vasijas y hachas mayas, máscaras teotihuacanas, túnicas incas y diversos artefactos aztecas, huastecas, olmecas y de otras culturas mesoamericanas.