En Coahuila, los aspirantes morenistas están en pleito. El lagunero, Luis Fernando Salazar, y el saltillense, Armando Guadiana, se unieron momentáneamente, para cuestionar la forma en que se conduce el proceso de selección del candidato a la gubernatura de su partido. Ellos, perciben que los dados están cargados hacia el torreonense, avecindado en Guerrero, Ricardo Mejía Berdeja. Ambos de unieron porque lo ven como el adversario a vencer.
El mayor éxito de Mejía, en este proceso de selección, ha sido que se le perciba como “el candidato del presidente López Obrador”. Eso, es un elemento muy relevante en la carrera por la candidatura. Eso, lo volvió conocido y popular. Eso, también, ha arrinconado a Guadiana y a Luis Fernando, quienes saben que el dedo de Andrés Manuel no los favorece, a ninguno de los dos. El aliado de Salazar es Mario Delgado, líder del partido, pero sin fuerza para imponerlo. Mientras que Guadiana, el más conocido y aprobado, ya no tiene aliados importantes entre los guindas; su amigo Poncho Romo ya se fue de Palacio Nacional y Ricardo Monreal se enemistó con el tlatoani tabasqueño.
En estas condiciones, en las semanas próximas, se irá perfilando al candidato que dispute el Palacio Rosa al priista, Manolo Jiménez Salinas, quien irá en alianza PRI-PAN-PRD, intentando detener el avance electoral arrollador de AMLO; quien pretende echar al PRI de todas sus gubernaturas en el 2023; y si puede, desaparecerlo antes del 2024. Interesantes escenarios. Veremos