“No fuimos suficientemente buenos”, lamenta el francés
Mats Hummels, de 35 años, imprimió su carácter y su intuición en cada metro cuadrado que pisó Kylian Mbappé, diez años menor que su guardián, mucho más potente pero incapaz de sobreponerse al cerco. El deportista más famoso de Francia se mostró casi melancólico en el día de su despedida del Parque de los Príncipes con un título en juego. La historia decía que el Dortmund no había ganado nunca en París pues tampoco había metido un gol. Fue el propio Hummels quien se encargó de romper la tradición con un cabezazo que situó al equipo de Westfalia en la final de Wembley. Obligado a remontar el 1-0 de la ida, el PSG acabó la semifinal sin meter un solo gol.