Las fotografías y las ilustraciones son los motores gráficos de un periódico. Normalmente, las primeras retratan la realidad y los dibujos la interpretan, pero no siempre es así: en este segundo año de pandemia, EL PAÍS ha publicado numerosas ilustraciones tremendamente descriptivas, llenas de mascarillas, oficinas desiertas, abrazos perdidos, políticos que dan miedo, gente que lee y muchos, muchos teléfonos móviles. De entre la marea de trabajos publicados en las páginas de papel o píxel de este diario, solo en la sección de Opinión han salido más de 450 originales y a veces interpretan el año que ya se fue.