Me preguntaba el otro día una persona qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida. Yo conozco a uno que dice que lo más inteligente que se puede hacer en esta vida es marcharse a tiempo.
Y estoy de acuerdo, porque no hay nada más inteligente que saber marcharse a tiempo de lo que sea: un matrimonio que hace aguas, de un amor que se acaba, de una fiesta que empieza a ponerse penosa, de una adicción que nos esclaviza, de un trabajo que nos desespera. Marcharse a tiempo de cualquier lugar, persona o cosa que nos amarga, que nos corta las alas y que no nos deja vivir es lo más inteligente que se puede hacer.
Con una excepción diría yo, que haya que marcharse de la vida; porque la vida a veces nos sorprende con un «as» en la manga, cuando ya no esperamos nada de ella. Así que de la vida, mejor que nos echen a empujones; no vaya a ser que cuando ya te quedas acá y no aguantas más, te espere lo mejor.
Hay quien piensa que lo más inteligente que se puede hacer en la vida es ganar conquistar el poder o dejar huella de nuestro paso por aquí. Sé que es adictivo y que estoy muy seguro que el dinero sea lo más inteligente, porque la gente que conozco que posee estas cosas está siempre preocupada.
También hay quien dice que lo más inteligente que se puede hacer en la vida es escuchar esto tiene tela, porque la mayoría de nosotros no sabemos escuchar. Cuando el otro está hablando hay un momento que dice una palabra y lo que hacemos es bajarle el volumen y pensar qué es lo que vamos a decir nosotros a continuación. Pero eso no es escuchar, escuchar es no poner ningún pensamiento en tu mente cuando habla el otro. Lo que pasa es que eso es peligroso porque podría hacernos cambiar de opinión y eso sería aterrador para nuestro ego.
Alguien dijo unos días antes de morir que lo más inteligente que se podía hacer en la vida era no preocuparse. Tanto lo dicho por él y en el momento que lo dijo, tiene un valor muy especial. Si lo piensas cuántas cosas que te preocupaban la semana pasada no han sucedido. La preocupación nunca cura nada pero te roba la vida. Así es que yo creo que ya que estamos aquí y que no sabemos por qué ni para qué.
Lo más inteligente que se puede hacer en la vida dada su fragilidad, es tomarse todo menos en serio abandonar la necesidad de tener que impresionar a los demás; no huir de nada sobre todo de ti mismo e incluso en las desgracias. No hay día, sea el que sea que no merezca ser vivido
Pablo Motos