El despliegue policial de la boda conllevó un gran gasto público. Los alemanes se preguntan por qué tienen que financiar un evento privado. Mientras el Gobierno pide ahorrar con duchas cortas
El ministro de Finanzas de Alemania, el liberal Christian Lindner, y la presentadora de televisión Francha Lehfeldt celebraron su boda este fin de semana. La ceremonia, «el evento del año» según la revista Bunte, ha desatado un gran malestar y fuertes críticas entre la población.
¿El motivo? No es tanto por la fiesta en sí, un evento privado, como por el importante gasto para las arcas que ha supuesto, en un momento de espiral inflacionista en el que el Gobierno insta al ahorro por la crisis energética.
Al tratarse del enlace de un ministro, gran parte de los invitados fueron lógicamente políticos, y eso conllevó un gran despliegue de seguridad, con furgones policiales, cortes de calles, perros detectores de explosivos…
Austeridad
La ceremonia, un evento de carácter personal, se ha convertido el debate político de la semana en Alemania. Algunos rostros populares como la humorista Ilka Bessin se preguntan por qué deben los contribuyentes financiar la seguridad de una fiesta privada.
La celebración tuvo lugar un día después de que el Gobierno hiciera un llamamiento a la austeridad por la incertidumbre derivada de la guerra en Ucrania y sus repercusiones económicas.