El presidente tiene mala suerte. El futuro de su cuarta transformación está en riesgo, a pesar de ser el político más poderoso en el país. Se le vienen meses de revelaciones en serie que pondrán a su popularidad a prueba. Los intempestivos testimonios del libro, El Rey del Cash y de la trama del Guacamaya Leaks podrían borrar hasta el último rastro de superioridad moral de Andrés Manuel López Obrador. Así, otras decenas de miles de seguidores podrían abandonarlo; y su aceptación, desplomarse. Lo peor, es que se dará en el tramo decisivo de su sexenio.
Primero fue la pandemia mundial; luego, la inflación galopante acompañada de contracción económica, junto a una guerra en Europa, que dificulta el regreso a la normalidad. Además, su gobierno naufraga entre la incapacidad de sus colaboradores, la escasez de recursos que se acentúa; y, la inseguridad que avanza incontrolable. Los cientos de miles de muertos por la pandemia, asesinados, desaparecidos, y enterrados en fosas clandestinas lo marcan. Además, con la pobreza creciendo a la par de la carestía, todo se agolpa en víspera de las tres elecciones finales de su gestión, en las que se decidirá la continuidad de su proyecto transexenal.
Paradójicamente, en la cima de su poder político, con los opositores aplastados, divididos, desconcertados e incapaces de reaccionar, la adversidad y su mal gobierno estarían cobrando factura. La percepción de corrupción acerca de AMLO ha crecido notablemente. Así, dos de cada tres encuestados consideran que él es corrupto, establece el estudio de octubre de México Elige; así pasó de un 37 por ciento al 64, en cuatro años. “Mi pueblo y mi autoridad moral”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, hace muy poco, el 3 de octubre de 2022, “son mi escudo protector”.
Ya aplastó al PRI, destruyó a su maquinaria en 30 estados y a su dirigencia. Luego, asustó a sus tímidos liderazgos y rompió a la alianza opositora, que ahora deberán voltear a hacia otros lados para poder reconstituirse. Por lo pronto surge otro proyecto político, empresarial y de la sociedad civil con miras al 2024, Unid@s. Este nuevo movimiento es aún un embrión, del que se sabe poco, y es muy pronto para evaluarlo.
Esto se da luego de las traiciones de Alejandro Moreno y sus legisladores federales del PRI, que reventaron la Alianza x México. Nadie volvería a confiar en ellos. La dureza de Andrés Manuel los dobló y los convirtió en Primor.
AMLO sigue siendo poderoso, pero perdió su principal activo: la calidad moral. Es uno de los mismos, uno más, de la inefable clase política mexicana. Las cosas se ponen interesantes, Veremos.