En la entonces Secundaria y Preparatoria Venustiano de la Universidad de Coahuila, tuve la oportunidad de que me impartiera clases de Biología, en secundaria, el profesor Chelayito, Wenceslao Rodríguez. En aquellos años, en el edificio de la escuela que se encuentra en la avenida Juárez frente al bosque Venustiano Carranza en Torreón, Coahuila, estaba un pequeño museo, cuyo responsable era el profesor Chelayito, lo cuidaba con mucho celo, y nos daba explicaciones fascinantes sobre nuestros ancestros. Se decía entre pasillos que él había tenido la oportunidad de rescatar y conservar piezas mortuorias, pertenecientes a los primeros habitantes que poblaron la región lagunera, porque fue de los primeros que visitaron ese lugar. Estos restos los encontraron en la Cueva de la Candelaria, descubierta por casualidad en 1953 por habitantes de esas serranías de la región, al pie de la sierra de la Candelaria, en el valle de las Delicias, ahora perteneciente al municipio de San Pedro de las Colonias. Luego vino la exploración de esa cueva mortuoria, en pleno corazón del desierto en el estado de Coahuila, lo que posibilitó el conocimiento de las sociedades que habitaron la Comarca Lagunera. Los investigadores calculan que fue entre el año 1000 y el 1350 d.C., aproximadamente.
Los primeros grupos humanos que habitaron el territorio lagunero, eran nómadas, vivían en cuevas y se vestían con las pieles de los animales que cazaban. Dejaron como testimonios: puntas de flecha, cuchillos, hachas de piedra, esqueletos humanos y huesos de animales encontrados en distintos lugares. Como los de la cueva de la Candelaria, que vivían en las orillas de la laguna de Mayrán, que la alimentaba el río Nazas.
Coahuila estuvo habitado por una de las razas más primitivas de América. Los estudios de otras cuevas del estado arrojan que cuentan con una antigüedad de más de 8 mil años. Hubo grandes grupos indígenas que a su vez comprendían varias tribus, entre ellas: los coahuiltecos en la parte central y noreste, de costumbres muy primitivas; se considera que fueron los más antiguos. Los de la zona noroeste y el Bolsón de Mapimí, habitada por los tobosos, eran muy salvajes, estaban relacionados con los apaches, se unían con ellos en sus incursiones. Tal vez por eso no los pudieron evangelizar y los exterminaron.
De los hallazgos y los estudios arqueológicos encontrados en la Región Laguna se desprende que los primeros vestigios del ser humano son de aproximadamente hace 4 mil años. Aunque la mayoría de las tribus que poblaron este territorio fueron nómadas, se puede pensar que hubo asentamientos humanos que se iniciaron en la práctica agrícola, además de otras actividades como la piscicultura y el procesamiento de la sal de las charcas salinas que existían. En Viesca todavía hay pozos salineros. Tal vez por eso a los indígenas de esta parte los llamaron “salineros” y sea válida la posibilidad de que hayan existido grupos o familias sedentarias, porque también hubo manantiales de agua que eran abundantes.
Todo parece indicar que la Región Laguna fue un centro poblacional, en diferentes puntos, pues las condiciones lo posibilitaban, para confluir diferentes tribus. Tomás Santoyo, historiador viesquense, nos dice que el territorio que ahora ocupa la población de Viesca (antes San José del Álamo) fue detectado por los conquistadores e instalaron una posición militar conocida como el Presidio del Álamo (donde estuvo asentada la Segunda Compañía Volante de San Carlos), que sirvió para contener los embates de las denominadas tribus bárbaras de la región, siendo útil también para resguardar el paso de los minerales de Zacatecas hacia los minerales de Monclova, además de guarecer el camino hacia Santa María de las Parras. Esto explica que desde antes de la Independencia ya existía un camino entre Viesca, Parras, Castaños y Monclova. Camino que usaron para trasladar preso al cura Hidalgo.
A fines del siglo 16 se fundaron las primeras poblaciones para la explotación de minerales, y habían recorrido casi en su totalidad Coahuila. Y en 1564 ya habían penetrado al territorio que hoy es Chihuahua, dándole la denominación de reino, con el nombre de Nueva Vizcaya, dividido en regiones a las que llamaron provincias. Y los caminos estaban listos de Viesca para seguir a Chihuahua con el cura Hidalgo.
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