Los niños empiezan a entender las diferencias raciales antes de cumplir un año. Expertos aconsejan a los padres no ignorar la temática y hablar con sus hijos sobre la raza.
Un estudio de 2005, por ejemplo, demostró que los bebés percibían diferencias raciales y mostraban preferencias por su propia raza ya a los 3 meses de edad.
En 2017, otro estudio demostró cómo niños de entre 6 y 9 meses de edad asociaban a los adultos de su propia raza con música alegre y a los de otra raza con música triste.
Si bien los niños muestran un «sesgo racial débil» a los 7 años, a la edad de 10 años, su sesgo se vuelve «fuerte y fiable». Los niños blancos de un estudio realizado en 2014 pensaban que los niños negros de la misma edad sentirían menos dolor que ellos si se golpeaban la cabeza o se mordían la lengua.
Estos y otros estudios demuestran que los prejuicios raciales pueden ser difíciles de deshacer una vez que se han instalado. Pero los expertos afirman que hablar con los hijos sobre la raza, puede conducir a actitudes más sanas y positivas.