Ucrania, gracias a los Patriot estadounidenses, ha logrado derribar un misil hipersónico ruso que, supuestamente, era imposible de interceptar dada su velocidad y trayectoria. ¿Mérito de EEUU o fallo de Rusia?
El derribo del Kh-47
El 5 de mayo aparecieron las primeras informaciones sobre el derribo de un misil cerca de Kiev y, tras publicarse imágenes de los restos, comenzaron las especulaciones sobre el modelo abatido, llegándose a la conclusión de que todo apuntaba a que se trataba de un Kh-47. Los restos, sobre todo de la cabeza, encajaban con las imágenes existentes de otros ejemplares. Cuestión aparte era saber con qué había sido derribado.
Kiev anunció que el día 4 de mayo se había abatido uno de estos ingenios, aunque se abstuvo de comentar con qué armamento se había logrado. El día 6 ya empezaron a circular noticias de que el causante de la intercepción del misil había sido uno de los Patriot de origen norteamericano, hecho que poco después fue confirmado por Washington.
Moscú, por el contrario, se apresuró a decir que no se trataba de un Kinzhal y el día 11 de mayo su Ministerio de Defensa desmentía rotundamente dicho derribo, alegando que la velocidad de los Kh-47 era tan elevada que hacía imposible su derribo por cualquier medio antiaéreo facilitado a Ucrania, incluyendo los Patriot. La polémica estaba servida.