En 2015, los dirigentes se comprometieron a sacar a 500 millones de personas de la malnutrición para 2030. Ahora deben respaldar sus declaraciones con acciones reales y detener esta emergencia en seco
A las pocas semanas de la declaración de pandemia mundial en 2020, sabíamos que la combinación de pandemia, conflicto y cambio climático tendría un impacto devastador en las personas más vulnerables del mundo. Ahora, incluso cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha retirado formalmente la declaración de emergencia de la covid-19, el impacto real es peor de lo que temíamos.
En cuanto al hambre, el informe mundial sobre crisis alimentarias confirma que la inseguridad alimentaria aguda ha aumentado por cuarto año consecutivo. El informe concluye que unos 258 millones de personas en más de 58 países se enfrentaron a inseguridad alimentaria aguda en 2022, frente a los 193 millones de personas en más de 53 países en 2021. De hecho, esta cifra es la más alta en los siete años de historia del informe. Lo más preocupante es que más de 35 millones de niños y niñas menores de cinco años sufren desnutrición aguda.