Morena aspira a llevar al parlamento su gran apuesta de esta legislatura a mediados del mes que viene y necesita el apoyo de parte de la oposición para sacarla adelante.
Los presupuestos no entrarán en la negociación por la reforma eléctrica. Andrés Manuel López Obrador ha descartado cualquier concesión en las cuentas públicas del año que viene a cambio de conseguir los votos que necesita del PRI para sacar adelante los cambios en el sector eléctrico, la gran apuesta de Morena para la segunda mitad del sexenio. “No, eso es politiquería. Es lo que se hacía antes, que se encerraban, negociaban en la cúpula a espaldas del pueblo y siempre se ponían de acuerdo porque les iba bien a los de arriba. Ningún tipo de negociación que afecte al pueblo”, ha dicho este lunes durante su conferencia en Palacio Nacional.
Desde la presentación a principios de este mes del borrador de la reforma eléctrica, todas las miradas se centran en el PRI, presionado por todos lados para que defina su postura. La decisión final del histórico partido mexicano dibujará en gran medida los equilibrios de poder en la cámara de cara a las otras dos grandes reformas con las que López Obrador pretende coronar su mandato: la electoral y la Guardia Nacional.
El apoyo del PRI a la apuesta eléctrica de Morena, que supone en la práctica desmontar buena parte de la liberalización del mercado energético impulsada por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, significaría también una herida casi mortal para la alianza opositora. El plan de todos contra Morena, que logró arrebatar al partido oficialista la mayoría absoluta, aspira también a convertirse en un frente con un programa común.