Cuando faltan billetes hasta en la morralla le buscan. La publicación de la encuesta realizada por El Financiero, en julio pasado, sacudió a la clase política de Coahuila, y también a algunos opinadores, quienes criticaron detalles de forma, poco significativos. La encuesta seguramente es inexacta por diversas cuestiones científicas, pero deja ver que las cosas podrían no andar tan bien como los priistas locales quisieran. El resultado es un empate técnico de 45 por ciento, en promedio, entre Morena y la alianza del PRI.PAN-PRD.
La primera lección que se rescata del estudio estadístico es que no será una elección fácil para los tricolores y que el PRI no es invencible. Segundo punto: el PRI necesitará del PAN para ganar. Que el PRI sin alianza, solamente obtiene el 21 por ciento de los votos, lo mismo que el PAN. También, que cualquiera de los tres principales candidatos morenistas arrastrarían los votos de este partido al 40 por ciento, lo que muestra que los morenistas votarían con pasión y no con análisis.
Un dato relevante, que quedó registrado en la encuesta, es que Manolo Jiménez Salinas, podría ser la figura más conocida en la contienda; pero, él aún no tiene el carisma ni el arrastre que llegaron a tener Enrique Martínez y Humberto Moreira cuando compitieron para gobernadores en 1999 y 2005. Adicionalmente, se percibe que la marca PRI está muy desgastada nacionalmente, junto a la de su líder Alito Moreno lo que evidentemente impacta en lo local. Además, sigue en el aire la cuestión de género, por lo que todavía faltan algunas maniobras.
La encuesta, refleja algo inusitado como sería el poderío potencial de Morena en Coahuila. El tamaño de los panistas está más o menos apegado a la realidad local y nacional, pero lo del PRI llama la atención, es como una alarma que anuncia la pérdida de influencia, entre clasemedieros, pero sobre todo en las clases populares en donde Morena está reclutando seguidores, con base en sus intensos programas sociales.
De esta forma, el PRI y sus personajes deben alejarse de la frivolidad y la soberbia, además intentar conservar la base social acarreable. Pero, sobre todo incursionar en la conquista de los clasemedieros coahuilenses. Que no son tontos que ya han hecho ganar y perder al PRI, al PAN, e incluso a la UDC, en varias ocasiones. En Coahuila, los votos no tienen dueño. Ahora deberán trabajar para recuperar la percepción ganadora, que ya quedó en duda.
En política, los errores y los excesos se pagan caro, e incluso las fórmulas exitosas se desgastan. Los aplausos interesados no deberán ser escuchados. Los mensajes vacíos no ganan simpatías en un país polarizado. Ocultar las noticias y encuestas en el mundo actual, en la sociedad red, además de inútil, es ridículo.
Faltan 10 meses para el día de la elección. El aviso llegó a tiempo. Es momento de repensar las cosas en ambos bandos. Los votos van y vienen, aunque algunos cientos de miles de votos son fieles o acarreables. Todavía, hay incautos que votan por el verde, el PRD o el PT. Tradicionalmente el voto duro se hace presente, pero cada vez hay más rabia y voto de castigo. Por estas razones el PRI y Morena se volvieron expertos en alianzas con partiditos bisagra que sirven para cachar votos de los despistados e intentar que caigan en las cuentas de los opositores.
En el caso del estudio de opinión de referencia, el prestigio del encuestador y del medio están fuera de duda. Sin embargo, que sea una muestra pequeña de 600 personas, telefónica y que no muestre los índices de rechazo a ser encuestado, en la ficha técnica, la volverían inexacta. Sin embargo, es mucho mejor que las que realizan empresas fantasmas, que candidatos y seguidores, promueven en sus redes. Las cosas están interesantes, veremos.