Un estudio de la Universidad de Bristol prevé que a medida que se agrave el cambio climático, estos fenómenos serán más intensos en el futuro.
Cada año parece más común que las olas de calor azoten el planeta durante el periodo estival. En los últimos años se han cosechado varios récords en América del Norte. Por ejemplo, los 49,6 ºC que se registraron en 2022 en la localidad canadiense de Lytton, o los 47,2 ºC que alcanzaron los termómetros en Montoro (Córdoba, España) en 2017, convirtiéndose en el récord de temperatura máxima en España.
Mejorar el conocimiento de los extremos climáticos y el lugar donde se han producido podría ayudar a priorizar los esfuerzos para ayudar a gestionar estos problemas en las regiones altamente vulnerables.
La carga del calor sobre la mortalidad con respecto a cada país puede ser de miles de muertes, y los países que experimentan temperaturas fuera de su rango normal son los más susceptibles a estos choques», sentencia Dann Mitchell, profesor de Ciencias del Clima en la Universidad de Bristol.