La vitamina D desempeña un papel esencial en la salud muscular al participar en la reparación muscular y en la liberación de calcio.
La pérdida de masa muscular con el envejecimiento es un signo común de las personas mayores. Para mantener la musculatura en óptimas condiciones, no basta con hacer ejercicio y consumir suficientes proteínas, también es crucial asegurarse de obtener la dosis adecuada de vitamina D.
La vitamina D desempeña un papel esencial en la salud muscular al participar en la reparación muscular y en la liberación de calcio para una contracción muscular adecuada. La falta de este nutriente puede provocar alteraciones musculares, debilitando la masa y la fuerza muscular. De hecho, un estudio realizado por la Universidad Federal de São Carlos en Brasil y el University College London en el Reino Unido demostró que la suplementación con vitamina D reduce el riesgo de dinapenia (pérdida de fuerza muscular relacionada con el envejecimiento) en un 78% en personas mayores.
Además de su impacto en la fuerza muscular, la vitamina D también está implicada en numerosas funciones del organismo. Aunque este no es el único nutriente que puede estar provocando que tengas una fuerza y un organismo más envejecido del que deverías.
Del salmón a la sardina
Para obtener esta vitamina de forma natural, la exposición solar es la mejor opción. Pasar al menos 30 minutos al día al sol estimula la producción de vitamina D en la piel. Además, se puede obtener vitamina D a través de alimentos como el salmón, las sardinas, el aceite de hígado de bacalao, los huevos y los productos lácteos fortificados. En cuanto al calcio, se encuentra en alimentos como la leche, el yogur, el queso, las sardinas, el salmón en conserva, la col rizada y el brócoli.
Es por esto que la vitamina D y el calcio son esenciales para la salud ósea y muscular. La vitamina D no solo facilita la absorción de calcio, sino que también desempeña un papel clave en la función muscular y la prevención de la debilidad muscular relacionada con la edad.