La economía y la manera en que realizamos las compras han cambiado con el tiempo, siempre buscando que la satisfacción de las necesidades sea más fácil y rápida, las tarjetas de crédito han demasiado a estos cambios, como método de pago.
Estaremos de acuerdo en que las tarjetas de crédito son un método en el cual podemos comprar en el presente y pagar, en abonos, a futuro. Esta forma de pago ha utilizado la tecnología y las telecomunicaciones para su funcionamiento, ya que la primera tarjeta de crédito, como tal, se utilizó por primera vez en el año 1914, cuando el banco norteamericano Wester Union, lanzó una campaña para sus clientes preferentes, los cuales con una tarjeta, que era de papel, podían disfrutar de descuentos en otros establecimientos y contaban con una línea de crédito para sus compras. Hoy las tarjetas de crédito, en poco más de un siglo, se han popularizado tanto que existen comercios en los cuales ya no se aceptan monedas y billetes para realizar los pagos, ejemplo de ello son las tiendas de Amazon, no me refiero a la plataforma. O bien el uso de la tecnología conocida como la contactless.
Para los economistas las tarjetas de crédito son un tipo de cuasi dinero, este término se refiere a los activos financieros que nos son tan líquidos como el efectivo, a pesar de que el cuasi dinero hace las funciones del dinero, no es dinero. Y esta herramienta de compra, de consumo ha sido un aliado muy importante para lograr que el consumo, la demanda, la inversión, el empleo y el PIB de los países crezca.
El funcionamiento de las tarjetas de crédito en realidad es algo sencillo, es un préstamo en el cual tenemos la capacidad de utilizar un dinero que no es nuestro para realizar una compra o desde otra óptica es la oportunidad de atraer del futuro un ahorro para un consumo presente, por supuesto que, para cualquiera de las dos explicaciones, existe un precio y el precio no es otra cosa que las tasas de interés, las cuales cuando aumentan, encarecen el uso de la tarjeta de crédito.
Hace poco la Fed, autoridad monetaria de los Estados Unidos, incrementó la tasa de interés en 0.75 puntos porcentuales, para ubicarla en 3.25%. Dicha decisión económica provocó que otras autoridades monetarias en el mundo, como el Banco de México, realizaran una acción en el mismo sentido, nuestro banco central la hizo incluso en la misma proporción, para ubicar la tasa de interés de referencia en nuestro país en 9.25%
Estas decisiones, de encarecer el dinero, se realizan con la intensión de frenar la “loca” carrera de la inflación que está afectando a la inmensa mayoría de las economías del mundo y por supuesto que repercutirá en la manera en que los integrantes de las economías hagamos nuestros consumos.
Al aumentar la tasa de referencia, todas las tasas de interés se incrementarán y por supuesto las tarjetas de crédito no son la excepción.
Por ello si tenemos una tarjeta de crédito la recomendación que le daría es usarla con responsabilidad financiera y a que me refiero con “responsabilidad financiera”, a utilizarla como palanca y no como black berry, utilizar la tarjeta de crédito para compras de bienes de consumo duradero, usar la tarjeta de crédito para comprar mercancías cuyo uso duren más tiempo que el planeado para pagar su compra por medio de la tarjeta de crédito.