Utilizar México como antesala para llegar a su país vecino del norte vía terrestre no es nuevo: la ruta lleva siendo años utilizados por migrantes centroamericanos, haitianos, cubanos o venezolanos, entre otros.
Pero el notable incremento de personas rusas retenidas en los últimos meses en la frontera compartida por México y EE.UU. activó las alertas de autoridades de ambos países, poco acostumbradas a este trasiego de migrantes llegados desde un país a más de 10.000 km de distancia.
Aumento de detenciones en la frontera
A la espera de conocer cómo afectará a esta tendencia migratoria la invasión rusa a Ucrania iniciada a finales de febrero, el número de detenidos en la frontera sur de EE.UU. procedentes de esta región experimentó un súbito aumento durante la segunda mitad de 2021.
En el caso de los rusos, la cifra casi se multiplicó por ocho si se compara con el primer semestre del año, al pasar de 1.092 a 8.284. El salto es aún mayor si se compara con el mismo período (julio-diciembre) de 2020, cuando solo hubo 169 detenciones.
La gran mayoría trató de ingresar por el punto fronterizo que separa a Tijuana de San Diego, en California.
En el mismo período, se registró también un gran incremento en el número de ciudadanos rusos que llegaron a México como turistas.
A ellos, al igual que a ucranianos, México no les exige un visado ordinario sino que pueden obtener una autorización electrónica para entrar al país que se resuelve de manera sencilla en cuestión de horas.