La inteligencia artificial puede mejorar el rendimiento de los atletas en un 17%, y su influencia es aún mayor si se aplica a los equipos deportivos, alcanzando hasta un 28%. Con estos parámetros, no sería extraño que los Juegos Olímpicos de París, pasen a la historia como los primeros en los que la IA marcó la diferencia.
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito deportivo está reconfigurando los límites de lo posible. Desde el año 2006, la IA ha comenzado a integrarse en los entrenamientos de los atletas de élite, transformándose en una herramienta tan esencial como la dieta, el esfuerzo y las condiciones físicas. Con la llegada de los Juegos Olímpicos de París, este avance tecnológico promete ser más evidente que nunca.
En nuestra vida cotidiana, ya tenemos acceso a entrenamientos personalizados con el simple uso de un smartwatch. Imaginemos, entonces, el potencial de aquellos atletas que se preparan para competir en el evento deportivo más prestigioso del mundo. No usar la IA hoy en día es casi tan dañino como autolesionarse o abandonar los entrenamientos. Al fin y al cabo, ¿qué ser humano renunciaría a un 17% de ventaja de forma voluntaria? Máxime cuando el gen de los atletas es altamente competitivo y unas centésimas pueden determinar la distancia entre el oro, la plata, el bronce y la terrible cuarta posición.
La Historia y la Evolución del Espíritu Olímpico
Es una creencia errónea que los griegos acuñaron la frase «citius, altius, fortius» (más rápido, más alto, más fuerte), lema del espíritu olímpico. Esta frase no fue pronunciada ni por griegos ni por romanos, sino que fue adoptada por el barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, tras escucharla en un campeonato escolar en París en 1881. Hoy, más de un siglo después, estamos a punto de presenciar una evolución de este lema en la misma ciudad donde se usó por primera vez. En 2024, no solo se necesitará ser el más rápido, el más alto y el más fuerte para ganar una medalla, sino también el más tecnológico.
La IA y la Transformación del Deporte
En los Juegos Olímpicos, se ve una clara diferencia entre aquellos que emplean modernas técnicas de entrenamiento basadas en IA y quienes confían en métodos tradicionales. Los deportes se están asemejando cada vez más a la Fórmula 1, donde la habilidad del piloto es crucial, pero la verdadera diferencia la marcan las innovaciones tecnológicas.
La IA ya se está utilizando para diseñar raquetas de ping-pong, zapatillas de deporte y bañadores olímpicos. En los Juegos Olímpicos de 2008, se batieron 25 récords mundiales gracias a mejoras en los trajes de baño. En cuanto a las zapatillas, marcas como Nike y Adidas compiten ferozmente por calzar a los campeones mundiales de maratón, que rompen récords apoyados en la tecnología. Por ejemplo, las zapatillas del récordman de España pesan apenas 138 gramos, casi la mitad que otros modelos, lo cual no es un detalle menor: en carreras de 10 km, sumar 100 gramos al calzado puede reducir el rendimiento cerca de un 10%.
La Dimensión Económica del Reto
Estas mejoras tecnológicas conllevan un esfuerzo económico significativo. Las zapatillas de alto rendimiento superan los 500 euros y no están pensadas para el corredor ocasional. Lo mismo ocurre con bicicletas aerodinámicas, esquíes ultraligeros y material de gimnasia. Los planes de entrenamiento hiperpersonalizados desarrollados por IA pueden marcar la diferencia entre ganar o perder una medalla. Sin embargo, la IA también representa una oportunidad económica: se estima que su mercado en el deporte puede alcanzar los 19.200 millones de dólares en 2030, creciendo hasta un 30%.
Nuevas Reglas, Nuevos Árbitros
La IA no solo cambiará el entrenamiento de los atletas, sino también el arbitraje. Ya estamos acostumbrados al uso de la tecnología en el fútbol con el VAR. En París, los árbitros de la gimnasia artística utilizarán IA para evaluar los movimientos de los gimnastas con precisión. La marcha atlética, tradicionalmente dependiente de la observación humana, está probando sistemas basados en IA para detectar irregularidades en el estilo.
La lucha contra el dopaje también se beneficiará de la IA. La Agencia Mundial Antidopaje está desarrollando proyectos para analizar datos de los atletas y detectar anomalías. La tecnología promete estrechar el cerco a los tramposos y asegurar una competencia justa.
Conclusión
La IA está destinada a cambiar el mundo del deporte, y los Juegos Olímpicos de París serán testigos de esta revolución. Si se emplea correctamente, atletas, árbitros y espectadores solo pueden beneficiarse de los avances tecnológicos. La combinación de esfuerzo humano y tecnología promete llevar el deporte a nuevas alturas, redefiniendo lo que significa ser más rápido, más alto y más fuerte en el siglo XXI.