Según informan fuentes de la Academia, el pulso que ha enfrentado a lexicógrafos y escritores en el seno de la institución se ha saldado, por fin, con el indulto del acento, tanto en sólo como en los demostrativos éste, ése y aquél
Una batalla por una tilde acaba de librarse en el pleno de la Real Academia Española. Nunca tantas mentes sabias porfiaron tanto por algo tan pequeño, en tamaño, como una tilde sobre un adverbio o un pronombre en un texto como éste. La Docta Casa acaba de despenalizar por fin el uso de la tilde en el adverbio sólo, cuando «a juicio del que escribe» sea necesario para esquivar el riesgo de ambigüedad. Según informan fuentes de la Academia, el pulso que ha enfrentado a lexicógrafos y escritores en el seno de la institución se ha saldado, por fin, con la victoria de los últimos y el indulto del acento, tanto en sólo como en los demostrativos éste, ése y aquél.