Más gasto en Defensa, mayor presencia de tropas de la OTAN, un giro en la política energética y la hipótesis de un ingreso de Finlandia y Suecia en la Alianza son algunos de los efectos de la crisis entre Ucrania y la Rusia de Vladimir Putin, a juicio de políticos y analistas en las repúblicas bálticas.
“Evito llamar a esto una crisis entre Ucrania y Rusia. Es una crisis de seguridad europea, diseñada desde el Kremlin”, dijo a Efe Tomas Jermalavicius, investigador del Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad (ICDS) de Estonia.
“En Estonia y el resto de los países bálticos ya nadie habla de recortar en Defensa ni cuestiona la sensatez de aumentar ese gasto”, prosiguió Jermalavicius, que es lituano, para destacar que Estonia se plantea un gasto adicional de 380 millones de euros en los próximos cinco años “para mejorar la seguridad, la defensa, la seguridad interna, la seguridad fronteriza y la inteligencia”.