Los líderes de la OTAN se comprometieron ayer, 10 de julio, durante una cumbre en Washington, a proporcionar a Ucrania al menos 43,000 millones de dólares en ayuda militar «en el próximo año» para apoyar su lucha contra Rusia. Este compromiso refuerza la determinación de la Alianza Atlántica de respaldar a Ucrania en su conflicto, con el objetivo de fortalecer su defensa y asegurar su resistencia frente a las agresiones rusas.
La cumbre se celebra en medio de una incertidumbre política en Estados Unidos, donde el presidente Joe Biden enfrenta una rebelión de congresistas demócratas que le piden abandonar la carrera por un segundo mandato tras un debate desfavorable contra el republicano Donald Trump. La figura de Trump, con sus críticas a la OTAN y cuestionamientos al principio de asistencia mutua del artículo 5 del Tratado, ha generado tensiones y dudas sobre la unidad de la Alianza.
Además, la cumbre contó con la participación del presidente finlandés Alexander Stubb, quien reconoció que la polarización en Estados Unidos es «muy tóxica», y del primer ministro húngaro, Viktor Orban, que llega tras sus controversiales visitas a Moscú y Pekín. En este contexto, los países de la OTAN reforzaron su apoyo a Ucrania con el envío de aviones F-16 y baterías de defensa antiaérea, y reconocieron que Ucrania está en un «camino irreversible» hacia la membresía en la Alianza Atlántica.
La declaración final de la cumbre subrayó que «Rusia sigue siendo la amenaza más importante y directa a la seguridad de los aliados» y destacó la importancia de fortalecer la disuasión y la defensa. Los líderes también expresaron su preocupación por la posición de China, acusándola de ser un «facilitador decisivo» de la guerra de Rusia contra Ucrania. Mientras tanto, Ucrania deberá esperar una invitación formal para unirse a la OTAN, aunque se le ha reconocido su avance hacia la adhesión. El presidente ucraniano se reunirá con congresistas antes de participar en un Consejo OTAN-Ucrania el jueves, último día de la cumbre.