La miastenia gravis es una enfermedad neuromuscular autoinmune caracterizada por debilidad muscular fluctuante y fatiga, que empeoran con la actividad física y mejoran con el reposo. Esta condición, que afecta a más de 15,000 personas en España, es diagnosticada con frecuencia después de un retraso, que en algunos casos puede llegar hasta los tres años debido a sus síntomas variables y su similitud con otras enfermedades comunes, informa la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Diferencias de género y edad
La miastenia gravis es más frecuente en mujeres menores de 40 años, quienes representan el 70% de los casos en esta franja de edad, según Francisco Javier Rodríguez de Rivera, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la SEN. Sin embargo, a partir de los 50 años, la incidencia es mayor en hombres, alcanzando el 60% de los diagnósticos entre los 60 y 65 años.
Manifestaciones de la enfermedad
La miastenia gravis puede afectar diferentes músculos voluntarios, principalmente los oculares en su fase inicial, lo que provoca caída de párpados y visión doble en un 60% de los casos. La enfermedad también puede afectar los músculos faciales, bulbares, cervicales y de las extremidades. Existen tres formas de presentación: ocular pura, aguda y generalizada, siendo la más común la generalizada de inicio gradual, que afecta al 70% de los pacientes.
Impacto en la calidad de vida y tratamientos
Los casos más graves pueden presentar dificultad en la movilidad, habla, deglución, visión y función respiratoria, acompañados de fatiga extrema. Además, un 44% de los pacientes padece ansiedad, y el 27% presenta depresión. Sin embargo, gracias a los tratamientos actuales, el 90% de los diagnosticados experimenta mejoría y el 70% puede llevar una vida normal o casi normal, concluye Rodríguez de Rivera.