Europa debe enterrar el sueño de un orden liberal mundial y rearmarse. Putin representa un mundo en el que la guerra es parte de la vida y las personas matan y mueren por ilusiones. Pero ¿están los Estados europeos dispuestos a defenderse?
En abril de 2020, en pleno ‘shock’ pandémico, el filósofo político John Gray escribía en ‘Ideas’ que la hiperglobalización que habíamos vivido en las últimas décadas llegaba a su fin. “El capitalismo liberal está en quiebra”, aseguraba el prestigioso pensador británico. “Asistimos a un punto de inflexión histórico”. Ahora, en plena ofensiva de Rusia contra Ucrania, va más allá: afirma que Europa debe rearmarse. “Vladímir Putin”, nos dice este partidario del Brexit, “es el rostro de un mundo que la mente occidental contemporánea no comprende”. Y nos propina otro golpe desagradable: “En ese mundo la guerra es parte de la vida y las personas matan y mueren por ilusiones”. Despertemos, nos viene a decir.
Si el plan general de Putin consiste en desmantelar los acuerdos posteriores a la Guerra Fría en Europa, es posible que a algunos sectores de las élites europeas no les moleste que lo consiga. En este contexto, su despiadada apuesta no parece tan irracional. Aun así, ¿podría esta guerra ser su perdición, como muchos en Occidente quieren creer?
Putin es el rostro de un mundo que la mente occidental contemporánea no comprende. En ese mundo, la guerra sigue siendo parte permanente de la experiencia humana; las luchas a muerte por territorios y por los recursos pueden estallar en cualquier momento; los seres humanos matan y mueren inspirados por visiones místicas, y salvar a las víctimas de la tiranía y la agresión muchas veces es imposible. Son verdades duras, desde luego. Pero el tiempo de los fingimientos y los engaños ha pasado. Debemos abandonar el sueño iluso de un orden liberal mundial y revertir el imprudente desarme de las últimas décadas. Solo entonces estaremos preparados para lo que nos depare la guerra de Putin.