La actualidad internacional parece a ratos un episodio de Los Soprano. El ejemplo más obvio lo tuvimos el viernes 28 de febrero, cuando Donald Trump y J. D. Vance se llevaron a Volodímir Zelenski al Despacho Oval y le intentaron explicar lo que convenía, como podría haber pasado en la serie: “Qué país más bonito tienes, sería una pena que le pasara algo…”.
No es extraño que nos dé esa impresión: lo que está pasando en el mundo y define la diplomacia de Trump como “mafiosa”, una diplomacia en busca de la lealtad personal, con matones como Elon Musk que amedrentan a los ciudadanos y con el chantaje como arma, como ocurrió con el acuerdo sobre los minerales de Ucrania o como hace con la amenaza constante de los aranceles.