Los pueblos originarios de todo el mundo se ven obligados a luchar por sus derechos básicos. Están considerados los guardianes de los recursos naturales, pero suelen ser víctimas de represiones.
Los pueblos originarios defienden sus derechos humanos, su cultura, la naturaleza y su hogar. Los alrededor de 500 millones de indígenas que hay en el mundo se ven constantemente enfrentados a la represión, la discriminación y el racismo más violentos. La defensa de sus derechos, suele ir acompañada de llamados a una mayor protección ambiental y climática. A menudo, pagan sus reivindicaciones con la vida.
Entre 2012 y 2021, grupos y organizaciones de derechos humanos han documentado la muerte de más de 1.700 defensores ambientales y de la tierra en alrededor de 60 países. Según datos publicados por la organización medioambiental y de derechos humanos Global Witness, más del 35 por ciento de las víctimas han sido identificadas como indígenas.
En el centro de los conflictos, suelen estar los grandes proyectos industriales de minería, la deforestación para la agricultura, las represas o la producción de petróleo, gas y carbón.