El sistema ha desentrañado los textos encontrados en tablas de más de 5.000 años de antigüedad que nos ayudarán a entender cómo era el día a día de las primeras civilizaciones
Un equipo de investigadores alemanes ha creado un sistema de inteligencia artificial capaz de descifrar textos cuneiformes antiguos, una de las primeras formas de escritura de la humanidad. La nueva herramienta permite que mucha más gente pueda acceder al contenido de estos textos y comprender mejor la forma de vida de las primeras civilizaciones.
La nueva tecnología se ha probado en un conjunto de tablillas cuneiformes de más de 5.000 años que proceden principalmente de la antigua Mesopotamia, una región que ocupaba lo que ahora es Irak y que se considera el lugar donde se desarrollaron algunas de las primeras sociedades humanas. Los grabados de las tablillas muestran una serie de símbolos, signos y cuñas que forman lenguas como el sumerio, el asirio y el acadio.
«En ellas se puede encontrar de todo: desde listas de la compra hasta sentencias judiciales», explica Hubert Mara, uno de los autores del estudio publicado recientemente en la revista The Eurographics Association. «Las tablillas ofrecen una visión del pasado de la humanidad hace varios milenios. Sin embargo, están muy erosionadas y, por tanto, son difíciles de descifrar incluso para ojos entrenados».
Esta nueva inteligencia artificial se ha creado gracias a la colaboración de científicos de la Universidad Martin Lutero de Halle-Wittenberg, la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Maguncia.
Una lectura imposible hasta ahora
La investigación sobre textos tan antiguos se ha hecho usando programas de reconocimiento óptico de caracteres (OCR), que convierten imágenes escaneadas o fotografías en dos dimensiones de la escritura en un texto comprensible por máquina.
Los pergaminos antiguos o cualquier texto reproducido en un soporte plano como un papel son más fáciles de descifrar porque se trata de traducir de un medio 2D a otro medio 2D. Sin embargo, las tablillas cuneiformes son tridimensionales y los caracteres que hay en ellas no son planos tampoco, lo que dificulta la interpretación de la máquina.