La checa logra su primer grande y se convierte en la jugadora de menor ‘ranking’ que triunfa en Londres tras el doble 6-4 a Jabeur, superada otra vez por la tensión
Así nacen las grandes historias, cuando uno menos se lo espera y donde probablemente menos confiaba en que pudiera suceder. Ocurre ahora en Londres, donde la grada inglesa ovaciona a Marketa Vondrousova, ya última campeona de Wimbledon. Checa, discreta, contenida. Feliz con su distinguida bandeja metálica. Solo los muy aficionados habían oído hablar de ella, una tenista que compite con uno de esos novedosos motores eléctricos que no hacen ruido, tan silenciosos. Pero que tiran. Detrás, muchas lesiones, otra de esas carreras al borde de la ruina. Pero, así lo expresa Ons Jabeur, derrotada otra vez, doble 6-4 en 1h 20m: “Este es un viaje duro, esto es tenis”.
Con su victoria en la final de Wimbledon, Vondrousova culmina un torneo perfecto. La jugadora checa fue dejando a todo tipo de rivales por el camino y logró culminar su actuación con un auténtico recital en la pista central frente a Ons Jabeur, una de las grandes favoritas para ganar en Londres.