La columna de opinión de Viri Ríos, titulada «La Generación Z no es apática», desafía la percepción común de que los jóvenes de hoy en día carecen de interés y participación política. Ríos argumenta en contra de esta noción, apoyándose en datos y observaciones para respaldar su posición.
Contrario a la creencia generalizada, la Generación Z muestra un mayor interés en la política en comparación con otras generaciones. Datos del Latinobarómetro indican que el 37% de la Generación Z se declara interesada en la política, superando el 32% del resto de la población. Además, se destaca que este nivel de interés es mayor al registrado en generaciones pasadas durante los mandatos presidenciales de Calderón, EPN y Zedillo, salvo el sexenio de Fox, donde hubo una mayor efervescencia política debido a la democratización.
La autora argumenta que el concepto de «apatía» hacia la política por parte de la Generación Z surge de una falta de comprensión por parte de generaciones mayores sobre cómo los jóvenes se involucran en la política y expresan sus opiniones. Aunque pueda parecer que los jóvenes no participan en discusiones políticas, los datos sugieren que hay una proporción similar de personas de la Generación Z y generaciones mayores que hablan frecuentemente sobre política.
Sin embargo, lo que diferencia a la Generación Z es la forma en que participan en el debate político. Mientras que las generaciones anteriores podrían discutir política en reuniones familiares, los jóvenes prefieren hacerlo en redes sociales, entre amigos o participando en manifestaciones. El uso de las redes sociales y la participación en protestas son mucho más comunes entre los jóvenes que en el resto de la población.
Además, la Generación Z muestra un desinterés por las etiquetas ideológicas tradicionales como «izquierda» o «derecha», centrándose más en los problemas concretos del país. Temas como la seguridad pública y la justicia social son de particular interés para ellos, y muestran preocupaciones más altas que las generaciones mayores en áreas como el temor a ser víctimas de violencia.
Ríos destaca la valentía de la Generación Z para expresar sus opiniones políticas, señalando que el 67% de ellos no teme enfrentar consecuencias negativas por hablar de política, en comparación con el 56% del resto de la población. Esta generación ha demostrado su compromiso y participación en diversas formas, desde manifestaciones callejeras hasta expresiones creativas en redes sociales y eventos culturales.
La columna concluye con ejemplos concretos de la participación activa de la Generación Z en la vida política y social, desafiando la idea de que son apáticos o indiferentes. Ríos sugiere que, en lugar de criticar a los jóvenes por su supuesta apatía, los adultos deberían intentar comprender y apreciar las formas únicas en que la Generación Z se involucra y contribuye al debate político y social.