DISCURSO DEL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR EN EL 86 ANIVERSARIO DE LA EXPROPIACIÓN PETROLERA
El 18 de marzo conmemoramos un aniversario más de la Expropiación Petrolera, un evento que marcó un hito en la historia de México y sentó las bases para la soberanía nacional sobre sus recursos naturales. Desde tiempos inmemoriales, el petróleo ha sido objeto de codicia y explotación, generando tanto opresión como progreso en todo el mundo. En el caso de México, su descubrimiento en el siglo XIX en San Fernando, Tabasco, estuvo rodeado de mitos y tragedias, hasta que el presidente Lázaro Cárdenas del Río decidió cambiar el curso de la historia.
La expropiación de 1938 no solo recuperó el control de este recurso vital para México, sino que también sentó las bases para su desarrollo económico. Desde entonces, la industria petrolera ha sido una fuente crucial de ingresos para el país, representando una parte significativa del presupuesto nacional durante décadas. Sin embargo, este recurso estratégico ha sido constantemente objeto de tentación para intereses extranjeros y algunas élites nacionales, que han buscado privatizarlo o explotarlo en beneficio propio.
A lo largo de los años, diferentes administraciones han enfrentado el desafío de proteger los intereses nacionales en materia petrolera. Algunos presidentes han optado por seguir el legado de Cárdenas, utilizando el petróleo para beneficiar al pueblo mexicano, mientras que otros han buscado privatizarlo o entregarlo a compañías extranjeras. La corrupción en torno a la industria petrolera también ha sido un obstáculo, afectando negativamente la eficiencia y la transparencia en la gestión de PEMEX.
El gobierno actual ha tomado medidas significativas para revitalizar la industria petrolera y proteger los intereses nacionales. Se han implementado políticas para aumentar la producción de crudo y gas, rehabilitar la infraestructura de refinación y reducir la corrupción en PEMEX. Además, se han tomado medidas para garantizar que los beneficios de la industria petrolera se traduzcan en precios más bajos para los consumidores y una mayor autonomía financiera para la empresa estatal.
Sin embargo, el futuro de la industria petrolera enfrenta nuevos desafíos en un mundo cada vez más preocupado por el cambio climático y la transición hacia energías renovables. Si bien es importante explorar alternativas más sostenibles, también es crucial no descuidar la importancia estratégica del petróleo para la economía mexicana. Se debe encontrar un equilibrio entre la protección del medio ambiente y la garantía del desarrollo económico y la seguridad energética del país.
En este sentido, el gobierno debe continuar invirtiendo en la exploración y producción de petróleo, al tiempo que fomenta el desarrollo de energías limpias y renovables. Se debe garantizar que cualquier transición energética se realice de manera gradual y planificada, evitando la dependencia del extranjero y protegiendo los intereses nacionales.
En conclusión, la Expropiación Petrolera representa un símbolo de soberanía y desarrollo para México. Proteger los recursos naturales del país y garantizar su uso en beneficio del pueblo mexicano debe seguir siendo una prioridad para las autoridades. Al mismo tiempo, es importante adaptarse a los desafíos del siglo XXI, promoviendo un desarrollo sostenible y equitativo que asegure un futuro próspero para todos los mexicanos. ¡Que viva Pemex, que viva México!