Un estudio sugiere que la estimulación del lenguaje a través de la voz de la madre en etapas prenatales produce cambios en la actividad neuronal que contribuyen al procesamiento de habilidades lingüísticas
Los bebés atrapan el lenguaje a gran velocidad, mucho más rápido que los adultos. Apenas necesitan unos meses para empezar a entender palabras básicas y en un año, ellos mismos comienzan ya a articular palabras. Los científicos han planteado, incluso, que la adquisición del lenguaje se inicia antes de nacer porque a los seis o siete meses de gestación, el feto ya puede oír y los recién nacidos prefieren la voz de su madre antes que otras voces femeninas. Una investigación publicada hoy en la revista Science Advances incide en este campo y sugiere que la estimulación con el habla en etapas prenatales a través de la voz de la madre ya produce cambios en la actividad neuronal del bebé que contribuyen al aprendizaje de los recién nacidos en el procesamiento del lenguaje: desde antes de nacer, el cerebro del bebé empieza a modelarse, a partir de esas primeras experiencias con el lenguaje, para comprender su lengua nativa.
En la recta final del embarazo, el feto puede oír sonidos del exterior, pero debilitados. El útero actúa como una especie de filtro que atenúa las frecuencias superiores a 600 hercios: los sonidos individuales se suprimen y solo se conserva la melodía y el ritmo del habla. Suficiente, en cualquier caso, para que los recién nacidos prefieran la voz de su madre antes que otras y se inclinen por el idioma que hablaba la gestante durante el embarazo en vez de otras lenguas.