El glaucoma no suele dar señales de alarma y los expertos advierten de la importancia de acudir a controles para medir la presión ocular
Aproximadamente un 3% de la población, sufre glaucoma. De hecho, es la primera causa mundial de ceguera irreversible. Esta patología, cuya principal característica es el daño en el nervio óptico, es «invisible y silenciosa» porque no da señales de alarma, y, cuando las da, normalmente se encuentra en un estado muy avanzado.
«La mayor parte de las veces se diagnostica de manera casual. Por ejemplo, el paciente acude a una óptica porque se quiere cambiar de gafas, le hacen una prueba de presión intraocular y sale alta. No hay test de screening —una prueba para el diagnóstico precoz—, porque se considera que no es coste-efectivo», explica Jesús Téllez, oftalmólogo especialista en glaucoma en el Centro de Oftalmología Barraquer y miembro de la Sociedad Española del Glaucoma.