Con 6 idiomas oficiales en la ONU, una reunión en este foro multilingüe requiere al menos 14 intérpretes. Muchos más son necesarios para entenderse, con 24 lenguas oficiales, en cualquier encuentro de líderes de la comunidad política europea
Dice Judith Kroll, una de las investigadoras más relevantes en el campo de la psicolingüística, que la persona bilingüe hace malabares con los idiomas por los procesos mentales que implica hablar más de una lengua. Sin embargo, no existe un símil para quien trabaja como intérprete simultáneo. Es decir, quien escucha un discurso y lo retransmite en tiempo real traducido a otro idioma, con solo 3 o 4 segundos de diferencia. Veamos por qué.
La interpretación simultánea
Piense en una conversación cualquiera. Las personas hablamos a un ritmo medio de unas 150 palabras por minuto y el habla es una señal auditiva continua donde, una vez pronunciado un sonido, éste desaparece.
Ahora, piense en una intérprete cualquiera de una cumbre internacional, el Congreso de los Diputados español o un juzgado: escucha un fragmento en un idioma A, lo traduce y lo expresa en un idioma B mientras simultáneamente sigue escuchando el segundo fragmento del mensaje en A que tiene que mantener en memoria para poder continuar con él una vez termina de pronunciar el primero. Y así hace, sucesiva y continuamente, con múltiples fragmentos, hasta que quien habla termina su turno de palabra.
El papel de la memoria de trabajo
Para comprender la magnitud de esto, podemos considerar el esfuerzo que hacemos al mantener en la memoria un número de teléfono o el código de doble verificación de nuestro correo electrónico antes de teclearlo. Es posible que lo repitamos en voz alta y que impidamos distracciones en los pocos segundos que tarda en desvanecerse. Esto sucede porque nuestra memoria de trabajo, encargada de mantener activa y procesar la información en un momento dado, es limitada en la cantidad y tiempo que puede mantener dicha información.
Con respecto al material verbal, podemos mantener en nuestra memoria de trabajo alrededor de tres “unidades de significado” durante dos segundos, a menos que las repitamos como repetimos el número de teléfono o el código de verificación. Sin embargo, repasar es algo imposible durante una interpretación en la que se está comprendiendo en un idioma, reformulando un mensaje y hablando en otro idioma a la vez. Es decir, mientras se realizan tareas simultáneas bajo gran presión de tiempo.