El aumento del nivel del mar y las fuertes tormentas amenazan la costa de Quintana Roo, y con ella la franja de los complejos turísticos playeros y las propiedades de tiempo compartido.
Casi toda la infraestructura del estado de Quintana Roo está concentrada en una franja costera de complejos turísticos en la playa y propiedades de tiempo compartido, especialmente desde Tulum hasta Cancún, aproximadamente a 130 km al norte. Las minivans blancas con aire acondicionado llenas de turistas zumban sobre el asfalto caliente mientras las palmeras permanecen paradas como en un desfile. Sin embargo, esta tierra se encuentra en una situación peligrosa.
El aumento del nivel del mar provocado por la crisis climática podría alcanzar los 40 centímetros en 2050, explica Ruth Cerezo-Mota, oceanógrafa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con una pérdida de entre 4 y 20 metros de playa. Esto “significaría un caos”, comenta Christian Appendini, ingeniero costero de la UNAM. “Todas las playas que se encuentran frente a los desarrollos urbanos probablemente desaparecerían a menos que se tomen medidas drásticas de restauración de playas basadas en la naturaleza“.
Los mil 126 kilómetros de costa de Quintana Roo se han erosionado a un ritmo de 1.2 metros al año, y algunas partes pierden hasta 4.9 metros al año, según indica la Secretaría de Turismo de México.