El Foro Económico Mundial, también conocido como el Foro de Davos, es una organización no gubernamental que, además de realizar la famosa reunión de Davos, en la cual se tratan temas como la globalización, la transparencia, medio ambientes y más, realiza investigaciones sobre diversos temas.
Este organismo global–ciudadano publicó una investigación muy interesante cuyo título es “Las 10 claves del futuro del trabajo para el 2025”. En dicho documento señala que la automatización creará para el 2025 cerca de 97 nuevos empleos, la inmensa mayoría de ellos relacionados a la BigData y a la inteligencia artificial.
Definitivamente no se puede poner en tela de juicio que la pandemia del Covid-19 aceleró los procesos de automatización del trabajo y nuestro sistema económico no detendrá ese proceso, incluso lo acelerará en los próximos años, basta con dar un vistazo a los porcentajes de trabajo manual vs trabajo automatizado del 2020 en comparación con el estimado para el 2025, ya que el trabajo manual se reducirá de 67 a 53% mientras la automatización aumentará de 33 a 47%.
Estos mismos procesos de automatización provocaran más cambios en los empleos, paulatinamente y tendiendo a la desaparición de ciertos trabajos como los son analistas financieros, auditores, atención al cliente, gerentes de administración; en contra posición se encuentra el desarrollo y creación de nuevos tipos de empleos que se desarrollarán en estos años como lo son los especialistas en el internet de las cosas, los asistentes del BigData, los especialistas tanto en la inteligencia artificial, como en la automatización y en las FinTech, tema en el cual por cierto estoy cursando mi tercer maestría. Pero no sólo se tratará de nuevas formas de empleos o de trabajos, sino de nueva actitudes y aptitudes de los integrantes del sistema económico requerirán para hacer frente al mercado laboral.
Desafortunadamente no todo es miel sobre hojuelas, pues acompañado de la creación de los 97 millones de nuevos empleos, muchos de los cuales no existen aún, se encuentra la pérdida de 85 millones de empleos, oficios o profesiones que ya no serán necesarios. A pesar de tener un saldo a favor de 12 millones de nuevos empleos las desigualdades laborales se verán aumentadas.
Este fenómeno económico no es nuevo, ya en 1858 Don Karl Marx en su manuscrito “el fragmento sobre las máquinas”, señaló que la automatización, el uso de las máquinas, favorece al capitalista, al dueño de capital, pues al desplazar a los trabajadores con máquinas, los costos se reducen y la calidad mejora, generando mayores utilidades, siendo estas el objetivo primordial de cualquier empresario capitalista. Creando así una crisis del propio capitalismo, bajo el argumento de que los trabajadores desplazados no tendrán ingresos y no podrán consumir ni siquiera para satisfacer sus necesidades básicas.
Para aquellos quienes piensan que Don Karl Marx es un hereje del capitalismo, es importante mencionar que en la inmensa mayoría de sus obras sobre económica política, como era llamado el capitalismo, se dedicó a analizar y a tratar de entender cómo es el funcionamiento de este sistema económico.
Es cierto que la automatización generará mayores ganancias a los capitalistas, y esto no tiene nada de malo, pues el objetivo del empresario es obtener utilidades y estas se pueden incrementar con la reducción de los costos, sin embargo, es muy importante señalar que la única fuerza sobre la faz de la tierra capaz de generar valor es la fuerza de trabajo es decir el ser humano que produce mercancías. Por ello es importante hoy más que nunca, que en México y el mundo entero las autoridades generen políticas públicas para la readaptación laboral y mejora de las competencias laborales de los trabajadores que serán desplazados.
En conclusión es cierto que la automatización destruirá empleos, pero igual de cierto que ese mismo proceso deberá crear aún más empleos de los que destruirá, de lo contrario, como ya sucede, se contraerá el consumo por menor ingreso agregado y, por tanto, la producción y el crecimiento económico.