En un país como el nuestro, donde la mayoría de los poderosos aún son intocables (los Moreira, sin ir más lejos), el hecho de que el exgobernador de Puebla, Mario Marín, haya pasado tres años entre rejas, es, al menos, un atisbo de justicia. Marín cobró notoriedad, no debido a su gestión, sino por la indecorosa charla telefónica, con el empresario Kamel Nacif Borge, revelada por el diario La Jornada el 14 de febrero de 2006. «El rey de la mezclilla» felicitó y humilló al mandatario poblano al mismo tiempo, pues lo presentó como marioneta de las élites. El aplauso obedeció a la detención arbitraria de la periodista Lydia Cacho, el 16 de diciembre de 2005, en Cancún, dispuesta por la juez quinto de lo penal, Rosa Celia Pérez; y el desprecio, por tratar como empleado a la máxima autoridad del estado, y colgarle el sambenito de «góber precioso».
El secuestro de la autora de Los Demonios del Edén (2004) y el desparpajo de quienes lo ordenaron exhibió de manera flagrante las complicidades del poder y los vicios del sistema judicial.El libro desvela una trama de corrupción tejida entre políticos y empresarios influyentes enriquecidos por una de las actividades más nefandas como es la pornografía infantil. La protección mutua les brindó impunidad. Cacho sufrió escarnio y tortura durante su cautiverio. La plática Marín-Nacif provocó náuseas. Jean Succar Kuri, una de las figuras centrales del caso, alternaba su residencia entre México, Los Ángeles, Las Vegas y Hong Kong. En imágenes grabadas por una cámara camuflada y transmitidas por televisión, Kuri, sin el menor recato ni asomo de remordimiento, habla con deleite de sus gustos depravados.
Borge es sobrino del exgobernador priista de Quintana Roo, Roberto Borge, capturado el 4 de junio de 2017 en el aeropuerto de Panamá —antes de abordar un vuelo a París, Francia— y extraditado a México bajo cargos de corrupción y lavado de dinero. Desde entonces permanece en prisión. Su tío tuvo mejor suerte. Cacho siguió a Kamel Nacif hasta Líbano, donde la policía lo capturó el 13 de mayo de 2021. Multipremiada por sus investigaciones, Cacho publicó entonces en su cuenta de Twitter (hoy X): «Testificando ante las autoridades libanesas por el arresto de Kamel Nacif Borge. El empresario tratante de niñas que orquestó mi tortura, compró niñas pequeñas para prostituirlas, lavó dinero y evadió al fisco en los Estados Unidos. 15 años después #AquíNadieSeRinde».
Un mes más tarde, un juzgado de Quintana Roo exoneró a Borge. Jean Succar Kuri fue detenido en Arizona en 2004, enviado a México y condenado a 94 años de prisión por los delitos de pederastia, pornografía infantil y corrupción de menores. El empresario mexicano de origen libanés falleció el 14 de junio pasado en un hospital privado de Cancún. Excepto Mario Marín, ninguno de los políticos protectores y beneficiarios de la red de pederastia ha sido procesado. Los tribunales en México siempre han estado del lado de los poderosos, no de la justicia, y menos de los indefensos.
Si una jueza recibió como premio un viaje a Las Vegas por decretar la detención de la periodista, otra excarceló a quien la persiguió desde la cima del poder para darle gusto a sus padrinos. En pleno debate por la reforma al sistema de justicia, Cacho denuncia: «La jueza #AngélicaOrtuñoSuarez le impone una multa de solo 100 mil pesos (al gobernador que tiene un chalet en Suiza), lo libera justo al final en que esperábamos la sentencia firme por tortura. Así el poder del gobernador de Puebla dentro del Poder Judicial @SCJN».