El presidente Andrés Manuel López Obrador perdió Coahuila a pesar de tener una aprobación del 68.7% antes de las elecciones (Mitofsky), la tercera más alta del país después de Tabasco y Chiapas; 6.5 puntos por encima de la del gobernador Miguel Riquelme. De los 25 municipios de la república donde AMLO registra mayor aceptación, seis corresponden a Coahuila: Acuña, Matamoros, Torreón, Piedras Negras, Saltillo y Monclova. Las calificaciones por el fundador de Morena oscilan entre 78 y 70 puntos en esas ciudades, de las cuales Morena no ganó ninguna, de acuerdo con la misma encuestadora. ¿Qué explica, entonces, que el partido guinda no haya obtenido el mismo resultado que en Estado de México donde venció a la coalición PRI-PAN-PRD?
Los factores, tanto locales como nacionales, son múltiples:
1. El poder de atracción del presidente López Obrador hacia las urnas no se transfiere ni su popularidad se transmite por ósmosis. Armando Guadiana resultó ser un mal candidato: obsoleto, rebasado por la edad y además enfermo. Su desplome no ocurrió durante las campañas. Jamás creció, así de claro. Mientras las intenciones de voto medían solo al bloque PRI-PAN-PRD y a Morena (sin el PT y PVEM), la diferencia variaba entre uno o dos puntos. Estaban en empate técnico. Pero cuando Guadiana fue investido, las preferencias por el partido de la 4T cayeron casi un 50% (Massive Caller).
2. El PRI tuvo todas las ventajas y fue más ordenado y estratégico. A diferencia de Morena, Riquelme señaló desde un principio a su delfín, Manolo Jiménez. López Obrador, en cambio, confundió a todo el mundo: en las ruedas de prensa de los jueves presumía el trabajo de Ricardo Mejía, entonces subsecretario de Seguridad Pública, y le daba carta blanca para hacer campaña en el estado. También lo envió a Coahuila para promover la revocatoria de mandato después de que el gobernador, en una asamblea del PRI, pidió desairar la consulta por considerarla «una farsa» (La Jornada, 26.03.22). Cuando Morena se decantó por Guadiana, Mejía renunció al cargo y se postuló por el Partido del Trabajo. Pero como la candidatura de Mejía crecía y la de Guadiana naufragaba, el presidente negó a su excolaborador. El PT entendió el mensaje y se unió a Guadiana, pero no le sumó votos.
3. AMLO, la 4T y Morena estuvieron sometidos a una campaña permanente de descrédito en el estado, sin que nadie respondiera: Guadiana y el superdelegado Reyes Flores Hurtado miraron siempre para otro lado. Tampoco realizaron trabajo político ni se vincularon con la estructura ni con las bases de Morena. El presidente defendió el método de encuestas para nombrar candidatos, pero a Guadiana jamás le manifestó su apoyo abiertamente, como sí lo hizo con Delfina Gómez, hoy gobernadora electa del Estado de México.
4. La campaña de miedo, exacerbada por el sector privado y algunas organizaciones civiles, según la cual, si Morena se hacía con el poder, Coahuila se convertiría en Zacatecas o Sonora, azotados por la violencia (pero no más que Guanajuato, Estado de México y Jalisco, gobernados por el PAN, el PRI y Movimiento Ciudadano, respectivamente).
5. La división en Morena y la imposición de candidatos impopulares repitió en Coahuila la historia de Nuevo León y Durango. Clara Luz Flores y Marina Vitela Rodríguez perdieron las elecciones después de haber estado arriba en las encuestas. (Gudaiana nunca lo estuvo) La militancia y la ciudadanía se desquitaron en las urnas.
6. El exceso de confianza del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunado a la intemperancia del líder de Morena, Mario Delgado, y a la soberbia de Guadiana, Mejía y Luis Fernando Salazar, frustraron la alternancia. En 2017 pasó lo mismo: los aspirantes a la gubernatura rehusaron apoyar a Guillermo Anaya, el candidato con mayores posibilidades de ganar.
7. La circunstancia nacional. Para evitar que la nominación del candidato presidencial mediante encuestas reproduzca la crisis de Coahuila, López Obrador les recordó a los líderes de Morena (Mario Delgado), PT (Alberto Anaya) y PVEM (Manuel Velasco) quién manda. Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Agusto López y Ricardo Monreal se ha alineado.