Tel Aviv, Israel, 3 de octubre de 2024 – Hace dos años, docenas de aviones de combate israelíes llevaron a cabo ejercicios simulando un ataque a las instalaciones nucleares de Irán sobre el mar Mediterráneo. Este simulacro, según las Fuerzas de Defensa de Israel, fue un entrenamiento de “vuelo de largo alcance, reabastecimiento aéreo y ataque a objetivos distantes”. La maniobra, además de enviar un mensaje a Irán, estaba dirigida a la administración Biden, indicando que Israel se estaba preparando para actuar en solitario.
Altos funcionarios israelíes, tanto antiguos como actuales, han expresado dudas sobre la capacidad de Israel para infligir daños significativos a las instalaciones nucleares iraníes. Sin embargo, el creciente interés del Pentágono en las recientes actividades de Israel sugiere que algunos oficiales estadounidenses sospechan que los israelíes podrían estar preparándose para actuar de manera unilateral. Según fuentes del Pentágono, Israel podría ver en este momento una ventana de oportunidad única para realizar un ataque.
El presidente Joe Biden ha advertido a Israel que cualquier respuesta a las agresiones iraníes debe ser “proporcional”. Al mismo tiempo, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd J. Austin III, ha dejado claro a su homólogo israelí, Yoav Gallant, que Washington espera evitar una escalada en el conflicto. Austin y Gallant tienen previsto reunirse en Washington el próximo miércoles para discutir estos temas y otros asuntos de seguridad.
A pesar de las advertencias de Washington, el gobierno israelí considera que sus opciones pueden estar limitadas si Estados Unidos no proporciona apoyo. De hecho, el uso de bombas “rompebúnkeres” por parte de EE. UU. podría ser crucial para el éxito de cualquier operación israelí.
Según las autoridades, es probable que la primera represalia de Israel contra Irán por los ataques con misiles del martes se centre en bases militares y quizás en algunos lugares de inteligencia o de mando. Al menos inicialmente, parece poco probable que Israel ataque las joyas nucleares del país. Después de un considerable debate, esos objetivos parecen haberse reservado para más adelante, si los iraníes intensifican sus ataques con sus propios contraataques.