La guerra entre Israel y Hamás entró en su cuarto mes sin dar señales de tregua, con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidiendo un mayor esfuerzo para proteger a los civiles y advirtiendo sobre una posible conflagración regional durante su gira en Medio Oriente.
Israel juró destruir al grupo islamista palestino Hamás tras el ataque que perpetró en su territorio el 7 de octubre y que dejó unos 1,140 muertos.
Además, unos 132 rehenes de los 250 secuestrados por Hamás, grupo clasificado por la Unión Europea y Estados Unidos como «terrorista», permanecen cautivos en el territorio palestino.
Altos diplomáticos estadounidenses y europeos buscaron el domingo formas de evitar que la guerra de Gaza se extienda aún más en el inestable Medio Oriente. Antony Blinken y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, viajaron por separado a la región para tratar de sofocar los efectos de la guerra en Líbano, Cisjordania y las rutas marítimas del mar Rojo, donde los hutíes de Yemen, alineados con Irán, han prometido mantener los ataques hasta que Israel detenga su campaña en el enclave palestino.
Blinken, declaró que es «imperativo» que Israel se esfuerce más por proteger a los civiles de Gaza, durante una rueda de prensa en Doha junto al primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani.