Israel ha pedido a China que interceda para que Irán no logre avances en su programa nuclear ante la última amenaza de Teherán.
«La entidad sionista será destruida». Este es el mantra que los ayatolás de Irán llevan semanas pronunciando como amenaza directa a Israel y este martes las advertencias suben de nivel. El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ha advertido que cualquier amenaza provocación que atente contra la seguridad de su país tendrá como resultado la «destrucción de Tel Aviv y Haifa».
Además, el mandatario iraní además llamó a Estados Unidos a retirar sus tropas de la región «por su propio interés». «La presencia de tropas extranjeras amenaza la seguridad regional, pero nuestras Fuerzas Armadas aportan seguridad cuando están presentes en la región», aseguró Raisí, que señala que sus Fuerzas Armadas «dan la mano a las naciones que intentan crear seguridad en la zona», en clara referencia a Arabia Saudí.
De hecho, hay que recordar que Teherán y Riad acordaron el pasado mes de marzo el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas con un acuerdo que se cerró en Pekín con China como intermediario. Precisamente Israel ha pedido a China que interceda en este conflicto para evitar que Irán no logre avances en su programa nuclear.