Extractos de 17 llamadas telefónicas realizadas a principios de julio por soldados rusos que luchaban en Ucrania -e interceptadas por los servicios de inteligencia ucranianos- muestran que se quejan de equipos deficientes y grandes pérdidas.
La historia contiene un lenguaje fuerte.
La contraofensiva de Ucrania estaba en su segundo mes cuando Andrey, un soldado ruso, llamó a su esposa para decirle que su unidad estaba sufriendo muchas bajas. Estaban tan mal equipados, dijo, que parecían las fuerzas soviéticas en la Segunda Guerra Mundial.
“Nos están jodiendo”, dijo Andrey por teléfono el 12 de julio, comparando el ataque con los peores momentos de la invasión alemana de la Unión Soviética. «Sin putas municiones, nada… ¿Usamos nuestros dedos como bayonetas?»
La conversación fue un extracto de 17 llamadas telefónicas realizadas por soldados rusos que luchaban en el sur y el este de Ucrania y que fueron interceptadas en las dos primeras semanas de julio por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), la principal agencia de inteligencia del país.
Las interceptaciones cargadas de palabrotas, compartidas con Reuters por una fuente de inteligencia ucraniana, proporcionan una rara -aunque parcial- visión de las condiciones de algunos soldados rusos mientras Kiev llevaba a cabo una importante contraofensiva, que comenzó a principios de junio, dijeron a Reuters dos analistas militares.