«La IA no es neutral porque es desarrollada por humanos, con sus visiones del mundo y sus sesgos”, sostienen expertas en derechos digitales. Mujeres y minorías quedan en desventaja.
Exacta, rápida, y, por sobre todo, neutra. Así es la imagen ampliamente difundida de la inteligencia artificial.
Los hechos, sin embargo, muestran otro panorama.
«Los sistemas de inteligencia artificial funcionan bien para un tipo de personas: blancas, heteronormadas, que hablan inglés, que tienen movilidad, que pueden entender cómo funcionan esos sistemas”, asegura en diálogo con DW Paola Ricaurte Quijano, profesora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
«Para las demás personas, estos sistemas representan un tipo de tecnología que no está diseñada para ellas ni por ellas”, completa.
«La IA no es neutral porque es desarrollada por humanos, con sus visiones del mundo y sus sesgos”, apunta, en tanto, la experta brasileño-colombiana Joana Varón, fundadora de la organización Coding Rights, dedicada al tema.
«Muchos sistemas son diseñados por empresas que tienen como directores y desarrolladores, en su gran mayoría, a hombres blancos del norte global. Previsiblemente entonces, los resultados no van a tomar en cuenta las necesidades y particularidades de ser mujer en el mundo”, completa la profesional, entrevistada por este medio.