El juez envía el escrito de entrega a la justicia estadounidense al Gobierno para que decida si la cumple. La defensa recurrirá la decisión
El futuro de Julian Assange, de 50 años, está finalmente en manos de la ministra británica del Interior, Priti Patel. Con fama de ser uno de los halcones (línea conservadora) más duros del Gobierno de Boris Johnson, Patel debe tomar en el plazo de dos meses la decisión de extraditar o no a Estados Unidos al cofundador de Wikileaks, que permanece actualmente en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh. Los abogados de Assange ya han anunciado la decisión de su cliente de pelear hasta el final su posible entrega. “En términos llanos y no legales, estoy obligado a enviar su caso a la ministra para que sea ella quien tome la decisión”, ha explicado al pirata informático más famoso de las últimas décadas, presente a través de videoconferencia, y a su equipo jurídico, el juez Paul Goldspring, en una de las salas del Tribunal de Magistrados de Westminster.