José María Aznar, del Partido Popular (PP), prefirió correr el riesgo de perder las elecciones generales de España, en 1996, que afeitarse el bigote para agradar a la galería. El sacrificio lo compensaría, dijeron sus asesores de imagen, hasta con seis puntos en las encuestas, pero ni aun así lo convencieron. La anécdota la cuenta en sus Memorias el cuarto presidente de Gobierno español desde la reinstauración de la democracia. El mostacho era un problema, pues evocaba al dictador Francisco Franco, fallecido el año previo. Aznar quizá se arrepintió después, pues superó por un margen de apenas 1.4% a Felipe González, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quien vio frustrada su pretensión de mantenerse en el cargo, donde estaba por cumplir 14 años.
La decisión de Aznar le permitió ser visto como un político firme y ganar las elecciones de 2000 a Joaquín Almunia (PSOE), a quien le sacó 10 puntos de ventaja. También obtuvo la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. El PP estaba en condiciones conservar la presidencia con Mariano Rajoy, pero la hibrys le pasó factura a Aznar por apoyar a George Bush para invadir Irak sin el consentimiento de la ONU ni de los españoles. Culpar sin pruebas a la ETA de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004, en vísperas de las votacioness, y de la muerte de 193 personas, revirtió la tendencia electorales y el PSOE recuperó el poder con José Luis Rodríguez Zapatero. El líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, ya había anticipado el ataque debido a la postura del Gobierno de Aznar frente a las guerras de Irak y Afganistán incitadas por Bush.
Aznar se retiró el bigote tras dejar la presidencia, pero no ha dejado la política. Actualmente preside la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), dedicada a «crear, promover y difundir ideas basadas en la libertad política, intelectual y económica». El think tank también busca «fortalecer los valores de la libertad, la democracia, el Estado de derecho, el libre mercado y el humanismo occidental», dice en su página web. Los bombazos del 11-M en Atocha y otras estaciones ferroviarias de Madrid son una espina clavada en el ego de Aznar. En un comunicado de prensa a propósito del 20 aniversario de los atentados desmiente que su Gobierno haya ignorado «ningún informe policial o de inteligencia que contradijese su actitud o su política de comunicación durante aquellas jornadas». Asegura asimismo que «nunca, jamás llegó a manos del Gobierno ningún documento oficial que descartase definitivamente la autoría etarra y afirmara sin titubeos la responsabilidad yihadista».
El PP es aliado del PAN en México y de sus filas salieron los fundadores del partido ultraconservador español Vox. Viejo amigo de Felipe Calderón, Aznar visitó el país en 2006 para hacer proselitismo por el entonces candidato presidencial panista y el IFE lo multo por ello. Más tarde interpondría sus influencias para ayudarlo a obtener una residencia de trabajo por dos años en España como profesor del Instituto Atlántico de Gobierno, que también dirige. Vox colabora con el PAN y ha tendido puentes con su candidata Xóchitl Gálvez, cuyo respaldo ha rechazado. La diputada española Cayetana Álvarez milita en el PP, pero su corazón está con Vox; y en México, con la candidata del PAN-PRI-PRD. El apoyo de Álvarez y de otros líderes de ultraderecha terminará por afectar a Gálvez como el de Aznar perjudicó a Felipe Calderón.