No se podía eludir el deje de nostalgia y despedida en el mensaje de Miguel Ángel Riquelme este martes en la sesión solemne de Cabildo en que se entregó la Presea Saltillo, la última de estas ceremonias en que le toca participar.
Y ya en ese contexto, cabe desde luego recordar la primera ocasión en que a Riquelme le tocó acudir como gobernador a los festejos por el aniversario de la ciudad, el 25 de julio de 2018, cuando habían transcurrido apenas tres semanas de la elección que cambió el mapa político del país.
En esa elección en Coahuila el PRI perdió además de la Presidencia de la República, las dos senadurías, seis de siete diputaciones federales y veinte alcaldías. Sin embargo Saltillo se confirmó como bastión priista, y para los festejos por el 441 aniversario de la fundación de la ciudad, el gobernador llegó consciente de ello, agradecido y comprometido, incluso en esa ocasión acompañó a Manolo Jiménez –quien acababa de ser reelecto como alcalde—a la tradicional ceremonia de las mañanitas en el Mirador.
Ayer Riquelme se refirió a la generosidad de Saltillo hacia su gobierno durante el sexenio, y a la solidaridad y entendimiento que encontró con los dos alcaldes junto a los que le tocó afrontar retos mayúsculos como la pandemia, Manolo Jiménez y José María Fraustro.
Es el último aniversario de Saltillo al que acudo como gobernador, dijo Riquelme y la precisión no pasó desapercibidad: como gobernador. Y es que no se debe descartar que el año próximo asista como senador electo…
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Que por cierto, por ahí andan algunos que le quieren jugar al despistado y “deslizan” nombres de los que dicen podrían ser prospectos de Acción Nacional al senado en Coahuila, pretendiendo sembrar la idea de que una candidatura le corresponde al PRI y otra al PAN, por aquello de la alianza.
La alianza sigue desde luego, pero el acuerdo tiene un sustento y una visión nacional, esto es que las candidaturas al senado en cada estado serán definidas por el partido que tenga mayor presencia en esa entidad, con lo cual claramente en Coahuila las postulaciones serán del PRI, como por ejemplo en Guanajuato serán del PAN.
Y en el caso de las diputaciones federales, se tratará de hacer una distribución que refleje el peso de cada uno de los partidos, así en Coahuila de los ocho distritos, en seis serían candidatos del PRI y en dos del PAN.
Cabe la aclaración para que no se vayan generando confusiones e ilusiones, que a la vuelta de los meses terminen en decepciones.
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Ante el CIADI, un organismo del Banco Mundial especializado en la resolución de conflictos entre gobiernos e inversionistas, la minera canadiense Silver Bull Resources llevó el caso que sigue contra el Estado mexicano, demandando el pago de nada menos que 178 millones de dólares porque en todo el sexenio no ha podido explotar sus minas de plata y zinc en Sierra Mojada.
El proyecto de Silver Bull para Sierra Mojada consta de 20 concesiones que abarcan más de 4 mil hectáreas en donde se tienen yacimientos con reservas estimadas de más de 70 millones de toneladas de plata de alto grado que se iban a empezar a explotar en abril de 2019, pero no han podido trabajar por el bloqueo de una cooperativa autodenominada “Mineros Norteños”.
La cooperativa exige el pago de regalías, aduciendo que se le adeudan desde 2004, aunque en el acuerdo están condicionadas a que las minas entren en producción.
Por ese diferendo son ya cuatro años de bloqueo, y por eso ahora la empresa está exigiendo el millonario pago pues el gobierno mexicano no le ha podido garantizar sus operaciones.
El caso es relevante no solo porque tiene que ver con una región de nuestra entidad, sino también por su semejanza con lo que ocurre en otra comunidad minera, del mismo municipio, por cierto, la de Hércules, donde no solo hay un bloqueo sino una toma del poblado y de las instalaciones productivas por parte del sindicato de Napoleón Gómez Urrutia.
Lo de Hércules podría tomar una ruta similar a lo de Silver Bull, pues también hay una afectación para inversionistas extranjeros, en este caso representados por el fondo Argentem.