Conocido el talante marrullero y tramposo de Morena y los que son sus aliados a nivel nacional, se entiende que empiecen a darse especulaciones de una posible reconciliación y acuerdo en Coahuila para impulsar a un solo candidato a la gubernatura.
Pero hasta ahora, fuera de esa convicción de que son tramposos y no inspiran confianza alguna, no hay elementos que sustenten esa eventualidad, y sí en cambio muchos indicadores de lo contrario.
Por principio está el tema jurídico. Ya no hay posibilidad de que hagan una coalición –el plazo para registrarlas venció el 14 de enero– y las candidaturas comunes ya no existen, se les eliminó en alguna reforma electoral. Entonces la única vía para que en la boleta aparezca solo un candidato por el bloque Morena, PT y Verde, es que dos de los partidos no registren.
Y en ese supuesto habría que revisar los estatutos de cada partido, y si no hay en ellos una previsión que los obligue a registrar una vez que han tenido el proceso interno de postulación, como lo tuvieron los tres.
Hasta ahí lo legal. Ahora lo político, ¿estará alguno de esos partidos dispuesto a no ir a la contienda?.
En el caso del Verde su candidato es Evaristo Lenin, quien tiene motivaciones incluso de orgullo personal para ir a la elección, pues también ha sido postulado –desde luego– por su partido UDC, y es la primera vez en la historia en que tienen un candidato propio a gobernador. Lo destaca cada vez que puede, además de que tienen que cuidar también el tema de prerrogativas y registro. Entonces Lenin no se baja.
Y en el caso del PT, están en el escenario real de llegar a un nunca visto 10 por ciento de la votación, lo que les daría acceso a prerrogativas, diputaciones y quizá hasta la posibilidad de tener una fracción en el Congreso, y eso les representa también dinero, vida.
Queda además el elemento más complicado, los agravios más que subidos de tono, que se han dado no solo entre los aspirantes de Morena y PT a la gubernatura, sino también entre quienes están siendo perfilados por ambos partidos a las diputaciones. Superarlos está muy cuesta arriba.
Pero al final sigue prevaleciendo una realidad, son tramposos y nada confiables. Entonces, más vale no confiarse.
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Quienes dirigen en Coahuila el Organismo Nacional de Mujeres Priístas preparan ya el evento en que el próximo 7 de marzo entregarán los reconocimientos “MujerEs 2030”, y entre quienes serán distinguidas destaca doña Socky Villar de Moeller.
Doña Socky, quien el 24 de marzo cumplirá 95 años, se ha significado como una mujer emprendedora y comprometida con su comunidad, y en lo partidista basta con conocer la manera en que ella misma se describe “madre de 10 hijos y priísta”, y lo ha sido sin pretensiones de prebendas ni de ocupar un cargo público, sino por convicción y lealtad.
Merecido sin duda el reconocimiento, y que hayan decidido hacerlo habla de que cuando menos en el Organismo de Mujeres hay quienes entienden que son un partido político y no solo una oficina de ganar elecciones, y entonces se trata de hacer operación política, para lo cual se requiere sensibilidad, apertura, sentido de la oportunidad, atención a las formas, todo ello tan olvidado por quienes ocupan ahora la dirigencia del PRI.
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Fue presentado, en Monterrey, un libro alusivo a la trayectoria empresarial, el legado y anécdotas de don Alfredo Arteaga Lira, comerciante coahuilense que incursionara con éxito en el ramo de las tiendas de autoservicio, iniciando en la Región Carbonífera y expandiéndose posteriormente a varias ciudades de la República.
La presentación del libro se dio en EGADE, que es la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, y entre los comentaristas participó Carlos Salazar Lomelín, quien fuera director de FEMSA y presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
El modelo empresarial de don Alfredo “Administración Centrada en las Personas”, ha trascendido en las generaciones y más allá de su propia cadena comercial.