Puede parecer frío o hasta inapropiado recurrir a las estadísticas para abordar un tema como los asesinatos a periodistas, pues pudiera interpretarse que se reduce a un número, una vida o una trayectoria. No es el caso.
Sin embargo, son necesarias las estadísticas para dimensionar la realidad que estamos afrontando. En lo que va del año, en México han sido asesinados tres periodistas, prácticamente uno por semana; el año anterior diversas organizaciones documentaron al menos siete muertes violentas de periodistas, no ha transcurrido ni un mes y ya estamos cerca del cincuenta por ciento de la incidencia de 2021.
La violencia escala en todo el país y en todos los órdenes, y esta a la que nos referimos hoy es una manifestación de las más preocupantes, porque se busca callar a quienes tienen la función social de ser la voz de aquEllos que sufren injusticias; callar a quienes tienen el deber de poner en evidencia a los corruptos y señalar las desviaciones en el actuar gubernamental.
Y claro que esta manifestación de la violencia se ve favorecida por la impunidad, pues el propio subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, ha reconocido que de cada 10 agresiones a periodistas y personas defensoras de los derechos humanos, más del 90% de los casos permanecen impunes.
Hoy agravia al país el asesinato de Lourdes Maldonado en Tijuana, quien estaba incluida desde 2019 en el Programa para Protección a Periodistas –que a todas luces fue insuficiente– por sus diferencias laborales con quien fuera gobernador de Baja California, el morenista Jaime Bonilla.
El jueves anterior, unos días antes de que el domingo fuera asesinada, Lourdes Maldonado había hecho público su triunfo en un litigio laboral contra la empresa “Primer Sistema de Noticias”, propiedad de Bonilla.
La ONU, la Sociedad Interamericana de Prensa, organizaciones y colectivos a nivel nacional, así como medios independientes, han alzado la voz exigiendo el esclarecimiento del crimen y la consignación de los responsables intelectuales y materiales. A esa voz nos unimos.
Con todo y que la saturación hospitalaria vuelve a ser un riesgo real, y pese a que nuevamente nos enfrentamos a que el personal médico en nosocomios públicos y privados no es suficiente, pues crece el número de pacientes y también los médicos se contagian y se incapacitan, los directivos del hospital del ISSSTE en Saltillo mantienen una actitud de acoso hacia los profesionistas, generando un ambiente de tensión e inconformidad.
Cuando tendrían que estar concentrados en la emergencia sanitaria, los médicos deben salir a protestar ante el asedio del que responsabilizan a la directora Hilda Luna, quien en lugar de ver cómo genera un mejor clima de trabajo y garantiza que el personal tenga el equipo de protección mínimo indispensable, se la pasa levantando actas administrativas encaminada a hacer “tronar” a algunos profesionistas con los que mantiene diferencias personales.
El momento es para sumar todos los recursos disponibles, no para generar conflictos, pero la funcionaria no lo entiende.
La Coparmex a nivel nacional dio a conocer este lunes los resultados de su medición de la corrupción en el país, estudio que parte del porcentaje de socios de la organización patronal que en sus respectivos estados han sido víctimas de corrupción.
Los resultados para Coahuila son bastante favorables, pues mientras la media nacional es del 29.4% de socios que han sufrido actos de corrupción, en nuestra entidad se está varios puntos por debajo, con un 11.1%.
En entidades vecinas la realidad es muy diferente, Durango con un 30.4% está incluso por encima de la media nacional, y Nuevo León con 27%, Chihuahua está con un 23.1%.
El único con mejor medición a Coahuila es Querétaro, con 10.8%, y el peor calificado es Tabasco con un 76.6% de socios de Coparmex que han sido víctimas de corrupción.
Sin duda alguna que con su tenacidad y su actuar sensible y acertado el alcalde de Frontera, Roberto Piña, se ha hecho notar tanto en su municipio como fuera de él, y tan es así que ya lo empiezan a cortejar otras figuras de Morena que lo reconocen como uno de los principales –¿pocos?– activos de ese partido en la entidad.
Por ejemplo este lunes se le apersonó en un evento Armando Guadiana Tijerina y lo llenó de flores.
Piña es prudente y cubre las formas, pero más le valdría tomar distancia del senador, que como se sabe está más que frío en sus relaciones con el gobierno federal y específicamente con el presidente, no vaya a ser que también lo manden a la banca.
Por lo pronto ya le tomó la delantera el alcalde de San Juan de Sabinas, Mario López, también de Morena, quien presume que el gobierno federal le autorizó cerca de cien millones de pesos para construir un polideportivo en Nueva Rosita.
Piña ha buscado recursos para un proyecto similar, le nació la inquietud tras conocer los Biblioparques de Saltillo, y con cien millones de pesos pudiera hacer una obra aún mayor, muy similar al Multideportivo El Sarape que aquí se construyó con 120 millones de pesos.
A seguir tocando puertas entonces.
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