Luego de estudiar la primaria mi hermano Martín y yo, en la escuela de Acacio, Durango, un pueblo minero, mi mamá, Manuela Vélez, decidió llevarnos a vivir a Torreón, Coahuila, para que ingresáramos a la Escuela Secundaria y Preparatoria “Venustiano Carranza”, de la Universidad de Coahuila, frente al Bosque Venustiano Carranza, en la avenida Juárez. Ahí pasé 5 años, cursé la educación secundaria y la media superior. Desde esa época soy Apache. Mis papás rentaron una modesta casa en la Colonia Lucio Blanco, cerca del Instituto Tecnológico Regional de la Laguna No 13, donde estudié la carrera de ingeniero industrial con especialidad en electricidad; por el número trece, los del ITRL somos Gatos Negros.
El 20 de octubre de 1974, ingresé como profesor de matemáticas en la carrera de economía, en la Escuela de Comercio y Administración. Este 2024 cumpliré 50 años que ingresé como profesor a la UAdeC, pues en 1973 la universidad había conquistado su autonomía. En 1975 se fundó la Escuela de Economía en Torreón, por lo que soy profesor fundador de la misma. Luego con el rector Óscar Villegas Rico, nacieron las Escuelas de Ingeniería Mecánica y Eléctrica y la de Civil, en las que fui parte de la primera planta de profesores. En 1986, con Jaime Isaías Ortiz, somos lobos, y en 2004 se adopta como mascota a la loba Lola.
En marzo de 1988 el que escribe, era coordinador del Centro de Investigación y Docencia en Matemática Educativa, que fundamos para atender la problemática de la enseñanza de las matemáticas y entonces surgió la propuesta de participar en las elecciones de coordinador de la Unidad Torreón. La situación que imperaba en la universidad, en la Región Laguna, en esos años era muy inestable y violenta. El control político en las escuelas lo mantenían, utilizando grupos violentos. Un hecho nada presumible, es que habían matado en ese tiempo, al “Mexicano”, disparándole desde el techo de la Coordinación al techo de Ciencias Políticas. Otro hecho de la situación de esos tiempos, es que en los anuncios de las empresas, cuando ofertaban puestos de empleo, le agregaban lo siguiente: “Que no sea egresado de la UAC”. En esas circunstancias se convocó a elecciones de coordinador. Un grupo de universitarios preocupados por la problemática de violencia que prevalecía en la universidad, decidimos participar en la elección. Me registré como candidato. El grupo que se mantenía en el poder por medio de la violencia, registró su candidato. A pesar de que ejercieron miedo, les ganamos.
Así en Torreón y en la UAdeC iniciamos un proceso de estabilización, tan indispensable para retomar el cumplimiento de los objetivos sustantivos. Los grupos violentos que mantenían el terror en varias escuelas de la UAdeC, vivían en ellas: en el auditorio de la FCA, en la sala audiovisual de Ciencias Políticas y en el gimnasio de la PVC. Desde ahí salían a realizar sus actividades delictivas. Asaltos a ciudadanos, profesores y estudiantes, desmantelaban la infraestructura escolar y cobraban derecho de piso.
Una vez ganada la elección, el primer día que asistí a la oficina, un grupo de jóvenes de los que perdieron el poder en la universidad, con pistola en mano, me secuestraron, exigían que les asegurara su pago por “controlar la universidad” y puestos en la Coordinación, después de varias horas que no lograron sus propósitos se desesperaron y se fueron. Luego con el apoyo del gobernador Eliseo Mendoza Berrueto y del rector Remigio Valdés Gámez trazamos una estrategia para extirpar ese cáncer. Para el 23 de mayo de 1988, día del estudiante, los habíamos dado de baja en la universidad.
Un tiempo estuve fuera de la universidad. Regresé en el periodo de Mario Alberto Ochoa, y en mayo de 2013 fui nombrado secretario general por Blas Flores y en 2018 fui electo rector. Le propuse a la comunidad universitaria actualizar el Estatuto, y fue votado a favor por el 88 por ciento de 41 mil universitarios. Luego hicimos la Reforma Universitaria y el Nuevo Modelo Educativo; el Reglamento de Ingreso, Promoción y Permanencia, actualizamos 42 programas de licenciatura, entre otros logros. Sin duda quedan muchas cosas por hacer, pero creo que con lo impulsado en 1988 y en estos años, la Universidad se está redefiniendo. Lo que sigue, sin duda, lo lograrán las y los universitarios, como lo hicieron en estos años.