El afán de notoriedad y aventura impulsa a las élites a gastar fortunas para tentar a la muerte. Mientras, legiones de migrantes anónimos (hombres, mujeres y niños), expulsados por el hambre, la corrupción y las crisis políticas, se aferran a la vida y buscan oportunidades en otros países. Carne de cañón para los traficantes, muchos mueren ahogados, de insolación o asesinados. Los primeros reciben atención inmediata y cobertura ilimitada en los grandes medios de comunicación; los segundos son olímpicamente ignorados. La tecnologización y la sociedad de la información agravan el proceso de deshumanización en el cual estamos inmersos.
Los migrantes rondan los 184 millones de personas (2.3% de la población total). El Banco Mundial evalúa el fenómeno en el Informe sobre el desarrollo mundial 2023: Migrantes, refugiados y sociedades y ofrece un horizonte menos sombrío: «El mundo se esfuerza por hacer frente a los desequilibrios económicos mundiales, las tendencias demográficas divergentes y el cambio climático; en este contexto, la migración se convertirá en una necesidad para los países de todos los niveles de ingreso en las próximas décadas». Para que la migración se transforme en «fuerza generadora de prosperidad» se necesita una gestión adecuada, advierte el documento.
Entretanto, la riqueza de los milmillonarios crece «a un ritmo desconcertante», revela un informe de Oxfam Internacional de principios de año. Con la pandemia de COVID y la carestía, «el 1% más rico del planeta acaparó 26 billones de dólares (el 63% de la riqueza generada), mientras que tan solo 16 billones de dólares (el 37%) llegaban al resto de la población mundial». La confederación de 19 ONG ilustra el desequilibrio con otra fórmula: «Por cada dólar de nueva riqueza global que percibe una persona perteneciente al 90% más pobre de la humanidad, un milmillonario se embolsa 1.7 millones de dólares».
El informe La ley del más rico coincidió con el Foro Económico Mundial de Davos 2023. Las élites se reunieron «en un contexto en el que la riqueza y la pobreza extremas se han incrementado simultáneamente por primera vez en 25 años. Mientras la gente corriente hace sacrificios diarios en lo esencial como los alimentos, los súper ricos han superado incluso sus sueños más osados». Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, califica esta como la «década dorada de bonanza económica para los más ricos del mundo», y solo habían transcurrido dos años.
La puerta de salida a las múltiples crisis consiste en «aplicar mayores impuestos a los súper ricos y a las grandes empresas», dice la experta en el ámbito de la igualdad de género y los derechos humanos. «Es hora de derribar el mito de que los recortes fiscales para los más ricos terminarán de alguna manera beneficiando al resto. Cuarenta años de rebajas fiscales para los súper ricos ha demostrado que las oleadas de privilegios solo terminan por beneficiarlos a ellos», apuntaBucher, a quien la revista Forbes Colombia incluyó entre las 100 Mujeres Poderosas de 2023.
El patrimonio de los milmillonarios también se disparó por el aumento de las tarifas y los precios en los sectores de la energía y la alimentación. Las 95 grandes empresas de esos ramos generaron beneficios por 306 mil millones de dólares, el 84% de los cuales se repartió entre sus accionistas. El auge contrasta con una realidad estrujante: cerca de 2.8 millones de niños mueren anualmente alrededor del mundo por causas relacionadas con la desnutrición, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).