El vestido de novia de Grace Kelly (1956). Es, probablemente, el vestido de novia más imitado de la historia. Diseñado por Helen Rose, fue una obra maestra confeccionada en dos meses por 36 costureras de su taller. Con encaje de Bruselas, perlas cosidas a mano y un velo de 90 metros, reflejaba la elegancia de la actriz. Su boda con el príncipe Rainiero de Mónaco fue un evento seguido por 30 millones de espectadores y reunió a 600 invitados. Como detalle curioso, Grace tuvo que colocarse la alianza ella misma cuando su nervioso esposo no logró hacerlo.
