Carlos Bracho González no alberga dudas al respecto: La Laguna será estado, pues cumple sobradamente los requisitos. Por mucho uno de los mejores diputados del PAN, Bracho promovió, en 2007, una reforma al artículo 73 de la Constitución General de la República para constituir el Estado Libre y Soberano de La Laguna. «Los lazos comunes entre los habitantes de la región suroeste de Coahuila y de la región noreste de Durango conforman una fracción territorial homogénea, cultural, económica, social y política, mejor conocida como Comarca Lagunera», declaró en rueda de prensa el 8 de marzo de ese año.
El desarrollo del país sería más eficiente —argumentó— si los municipios coahuilenses de Torreón, San Pedro, Matamoros, Francisco I. Madero y Viesca; y Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo, San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero, Rodeo, Mapimí, Nazas, Cuencamé, Santa Clara, Simón Bolívar, Indé, Villa Hidalgo y San Luis de Guadalupe, de Durango, se integran en un solo estado. Con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, dijo que el PIB regional podría alcanzar los 25.6 mil millones de pesos, superior al de nueve entidades juntas. También mejorarían las condiciones de vida de las comunidades rurales y se dotaría a La Laguna de la infraestructura necesaria en carreteras, salud, educación y servicios. Entrevistado por Espacio 4 al inicio de la gestión de Andrés Manuel López Obrador, Bracho advierte que el estado lagunero sería más factible con un Gobierno de izquierda.
Federico Sáenz Negrete, otro promotor comprometido con el plan, es igualmente tajante. «Queremos que La Laguna sea el estado número 33, porque el Distrito Federal será el 32 (ya lo es)». Corría el primer año de la administración de Peña Nieto. «Le estamos pidiendo al Gobierno federal que recupere una zona que le dejaba muchos recursos fiscales y que ahora está abatida por la descapitalización, el abandono y el sabotaje de los Gobiernos estatales» (Sin Embargo, 26.05.13). El proyecto es avalado por más de medio millón de firmas reunidas por el Movimiento ELLA (El Estado de La Laguna), capitaneado por el empresario Pedro Luis Martín Bringas.
El exconsejero de Grupo Soriana retó a los empresarios, sector más reacio al nuevo estado: «Digan si van a apoyar a la región o quieren seguir con Coahuila. Queremos saber la opinión de los principales actores sociales de una vez, (porque) a fin de cuentas todos nos beneficiamos o (todos) salimos perjudicados con lo que pase aquí. (…) La situación en La Laguna está peor que antes. Hay muchísima inseguridad, el empleo está por los suelos, no puede ser posible que le estén aplaudiendo al gobernador (Rubén Moreira) y a Riquelme en sus giras en el extranjero. No ha servido de nada. Invito a este señor (…) que deje de gastar tanto dinero del pueblo en su seguridad privada, que se baje de su camioneta y ande en la calle como todos los ciudadanos» (El Siglo de Torreón, 19.09.14).
Las cúpulas empresariales han sido complacientes con el poder. Frente a la «megadeuda» por 40 mil millones de pesos adquirida en el Gobierno de Humberto y Rubén Moreira, optaron por el silencio y por algo aún más vergonzoso: el aplauso, en vez de pedir castigo por el atraco. Sin embargo, después de un «impasse», el movimiento por el estado de la Laguna empieza a resurgir con mayor vigor. Las señales pueden ser apenas perceptibles, pero tiene la fuerza de un volcán cuyas fumarolas serán guinda. El color de la 4T.